Cuando a finales de los 80s e inicios de 90s la prensa británica describió por igual un sonido y una actitud jamás antes atestiguados en un escenario por parte de unas bandas desconocidas y desaliñadas, no se tenía idea de que estaban bautizando más que una manifestación artística: un género de culto. El común denominador que las revistas Sound y NME encontraron en aquellos músicos emergentes -y al margen de las escenas mainstream de la época- fue que ninguno mantenía contacto visual con la audiencia, por el contrario, tocaban sus instrumentos clavando la mirada hacia abajo, hacia sus zapatos (¿o hacia los pedales?). Coincidió también que cuando en Sound reseñaron un gig de Moose, su vocalista Russel Yates no se sabía las letras de sus canciones y las escribió en un papel que pegó en el piso para leerlas mientras cantaba; así que la expresión fue casi instantánea, urgente para escribir la nota: Shoegazing (mirando los zapatos).
Pero lejos de sus expresiones corporales había algo más que caracterizaba a estas bandas, era el sonido, específicamente el estruendo de los pedales en unas guitarras que parecían estar desafinadas o distorsionadas. Era un fragor especial, único. Se sentía como una nube de ruido. Quizá por eso el periodista Steve Lamacq (NME) usó en un concierto la expresión «chainsaw» (motosierra) para describir el sonido de una banda de unos chicos de nombres Andy Bell y Mark Gardener (¿les suenan?). Era como un caos que conmocionaba y transmitía emociones a pesar de no dejar escuchar con claridad las voces; un caos con cadencia que desprendía un aire con aroma a melancolía, romanticismo e innovación. Parecía una nueva y extraña adicción auditiva.
Ahora, tres décadas completas después de esas primeras impresiones, el sonido ha emergido de nuevo en la superficie, trayendo consigo ese aire que se respira otra vez como no se había respirado en mucho tiempo. Es la bocanada que viene con suspiros de muchos años atrás; parecía que se había ido (¿u olvidado?) pero volvió. Es como oxígeno nuevo. Es la ola. Es el movimiento. Es el Shoegaze: una soberbia y bella manifestación de arte traducida en uno de los mejores sonidos creados por el hombre en su historia. Su camino hasta aquí ha sido relativamente corto pero nada sencillo de recorrer. De hecho, para saber por qué y cómo regresó, por qué ya es parte del presente y no únicamente del pasado debemos dar una breve mirada a su historia, escarbar hasta sus raíces. Hay que trasladarnos mucho tiempo atrás, incluso antes de los días en los que algunos piensan que todo inició…
El origen (1983 – 1989)
Cocteau Twins, The Jesus and Mary Chain, A.R. Kane
Una de las décadas más gloriosas en la historia musical también sería la que sentaría los cimientos del shoegaze. Esto ocurría casi de manera desapercibida entre el clímax de la música gótica y el post-punk, así como de los primeros pasos del rock alternativo (o college rock), con Robin Guthrie patentando los resultados de su experimentación en los pedales con reverb y delay en sus ensoñadoras y húmedas guitarras que acompañaban la angelical voz de Elizabeth Fraser. Estos ensayos iban de la mano con el apogeo del new wave y poco tiempo después darían pie a las primeras manifestaciones de dreampop.
Es curioso cómo a Cocteau Twins nunca se les encasilla como una banda shoegazer (porque no lo es) pero sí se les atribuye que sin ellos el género jamás se hubiera concebido.
También hay que dar el justo reconocimiento a los hermanos Jim y William Reid que en aquella época, siendo unos perfectos desconocidos, editaron la primera entrega oficial de noise pop, el precursor más directo del shoegaze. Muchos piensan que Loveless de My Bloody Valentine es el origen de todo, pero no es así, de hecho, ellos ya habían publicado en el ’88 Isn’ Anything que tenía todos los fundamentos shoegazers; pero Psychocandy de The Jesus and Mary Chain llegó unos años antes. Al momento de su lanzamiento en 1985 sorprendió a todos con un sonido jamás antes creado, llevando al extremo la distorsión chirriante de sus guitarras con voces sofocadas y en retraso, dentro de un plano industrial inmerso en la oscuridad.
Y fue así que, tomando elementos del noise rock y el post-punk para mezclarlos en simples canciones pop, JAMC construyeron la que muchos consideran la primera edificación del shoegaze.
Por otro lado, y ya a finales de la década, se mostraron otras dos agrupaciones que directamente acompañaron el inicio de este movimiento desde una perspectiva un poco diferente: Loop y Spacemen 3, más orientados al space rock y la psicodelia minimalista, con acordes igual de densos y rasposos que seguían fomentando el mismo concepto de ruido melódico con retroalimentación en sus guitarras. Luego apareció fugazmente A.R. Kane, que en lo que respecta a bandas subestimadas u olvidadas cuando de pioneros del shoegaze se trata, lamentablemente no hay quien les gane, y no hay nada más injusto que esto (quizás se debe a su corta trayectoria). Ellos sí jugaron un papel protagónico y con consecuencias muy explícitas en el futuro; su contribución invaluable en sus álbumes 69 e «i» fue demostrar que las propuestas de Cocteau Twins y The Jesus and Mary Chain podían fusionarse en una misma ceremonia de surrealismo del dreampop, con una resonancia más sucia pero igualmente espacial.
La explosión y los otros noventas (1990 – 1996)
Ride, My Bloody Valentine, Slowdive
Ahora sí, pasemos a My Boody Valentine. Ellos definieron por completo el sonido, lo llevaron al siguiente nivel dándole mucho más importancia a las atmósferas e instrumentación del ruido antes y por encima de las voces que por momentos eran inaudibles o cuyas letras eran incomprensibles, con un clásico inmediato de álbum que se convertiría tiempo después en la biblia del género que, a partir de aquí, parecía adquirir la categoría de subcultura. Como dijimos antes, Loveless (1991) ciertamente no fue el origen pero sí fue la explosión del shoegaze como hoy lo conocemos. Un poco antes se había editado un disco también de culto, Nowhere (1990) de Ride, otra de las agrupaciones pioneras que acompañarían a MBV en el inicio del ascenso de la ola que alcanzaría su punto más álgido con Souvlaki (1993), el segundo LP de Slowdive (que antes ya habían publicado verdaderas joyas como su EP homónimo y el LP Just for a Day). Este último acto liderado por Neil Halstead y Rachel Goswell es la primera evidencia clara de la influencia del sonido de Cocteau Twins y A.R. Kane, redefinido y perfeccionado en un cristalino y etéreo pero igualmente poderoso dreampop.
Estas tres bandas (Ride, My Boody Valentine y Slowdive) no sólo compartían una idea de armonía a partir de las mismas influencias musicales, sino que también tenían un vínculo importante y que además impulsó la glorificación del movimiento: Creation Records, el sello discográfico con el que editaron sus respectivas obras maestras, mismas que hasta el día de hoy son motivo de apasionados debates entre fans y estudiosos sobre cuál producción es mejor o más importante que la otra: Nowehere, Loveless, Souvlaki… un veredicto imposible.
A partir de aquí parecía que al shoegaze ya no lo paraba nadie y su propia inercia creó una nueva escena originalmente en el Reino Unido, a la par del panorama mainstream mundial que parecía más bien una lucha de fuerzas entre el britpop/madchester de Inglaterra y el grunge/alternative rock de Estados Unidos, con el péndulo balanceándose constantemente. Detrás y debajo de esa película, en lo subterráneo comenzaba la función de la detonación shoegazer a cargo de otras importantes bandas británicas con tremendas joyas discográficas como Chapterhouse (Whirlpool LP), Flying Saucer Attack (Further LP), Secret Shine (Untouched LP), Lush (la primera banda del género con voces femeninas únicamente (Spooky LP, Split LP)), Catherine Wheel (Ferment LP, Chrome LP), Moose (Cool Breeze EP), Adorable (Against Perfection LP) Swervedriver (Raise LP), Pale Saints (The Comforts Of Madness LP, In Rbbons LP), The Telescopes (The Telescopes LP), The Boo Radleys (Everything’s Alright Forever LP, Giant Steps LP), Swallow (Blow LP), Half String (A Fascination With Heights LP), Curve (Doppelgänger LP) o The Ecstacy of Saint Theresa (Pigment EP, Susurrate LP).
Poco después, con las primeras presentaciones en América de algunos de esos grupos que salían de las fronteras de sus clubes británicos, pero sobre todo por la promoción de la que se valían en la era de los videoclips principalmente transmitidos por MTV (cuando era un canal de buena música), comenzaron a verse los primeros vestigios de expansión con excelentes bandas norteamericanas y sudamericanas que dejaron, en algunos casos, huellas imborrables, tales como Starflyer 59 (Silver LP, Gold LP), Lilys (In the Presence of Nothing LP, Eccsame the Photom Band LP), Swirlies (Blonder Tongue Audio Baton LP), Rocketship (A Certain Smile, A Certain Sadness LP), Medicine (Shot Forth Self Living LP, The Buried Life LP), The Rosemarys (The Rosemarys LP), Galaxie 500 (On Fire LP), Alison’s Halo (Eyedazzler Compilation), Drop Nineteens (Delaware LP), Velocity Girl (Copacetico LP), Majesty Crush (Love 15 LP), Black Tambourine (By Tomorrow EP, Throw Aggi Off the Bridge EP) o Band of Susans (aunque estos ya se les habían adelantado a sus compatriotas por unos años (Hope Against Hope LP, Love Agenda LP, The Word and the Flesh LP)); Old Magic Pallas (Pull My Daisy EP) y algunos de los primeros grupos en cantar en español: Los Planetas (Super 8 LP), Mellonta Tauta (Sun Fell LP, Ocean EP) Silvania (Dealy Tambor LP), Sien (Encuentros Cercanos LP) y Turbomente (Turbomente LP).
Esta fue, sin duda, la época dorada del shoegaze; el periodo de la magnificencia en la extraordinaria manifestación de una real alternativa artística que dejaría escuela para enseñar una nueva cosmovisión sonora a las próximas generaciones, tanto de músicos como de melómanos, y que los más nostálgicos aseguran no se repetirá jamás. Todo pasó tan rápido como en un conectar y desconectar de pedal. En seis años tuvimos el florecimiento, el resplandor y la culminación de una corriente sin precedentes en la historia de la música. Estos fueron «los otros noventas».
La resistencia (1997 – 1999)
Bethany Curve, Should, All Natural Lemon & Lime Flavors
Para finales del siglo XX muchas de aquellas bandas pioneras se fueron silenciando, y las que no lo hicieron sí se alejaron del shoegaze para intentar dominar otros géneros (Lush, Moose, Starflyer 59 y Slowdive/Mojave 3 son buenos ejemplos de ello). Estas bandas que cambiaron de senda lo hicieron motivadas por la reciente euforia del britpop o las nuevas tendencias en miras al nuevo milenio, tales nuevo indie, la electrónica o el post-rock. Como el shoegaze no era tendencia de masas, muchos creían que había muerto o al menos estaba en vías de desaparecer, pero nada más alejado de la realidad. Si bien era cierto que parecía todo se terminaba tan rápido como había comenzado, de las cenizas de un fuego que acababa de arder surgieron nuevos relevos que abanderaron una resistencia muy poco valorada por la prensa, pero vital para mantener la chispa encendida y además con el mérito de hacerlo con menos reflectores que las agrupaciones anteriores. Estos valientes que desde un nivel aun más subterráneo preservaron el ideal fueron Bethany Curve (Skies a Crossed Sky LP, Gold LP), Should (A Folding Sieve Compilation, Feed Like Fishes LP), All Natural Lemon and Lime Flavors (Turning Into Small LP), Bon Voyage (banda alterna de SF/59 (Bon Voyage LP)), Auburn Lull (Dual Group EP, Alone I Admire LP) o los sudamericanos Turbomente (Turbomente LP), Evamuss (E.Muss EP).
Otra particularidad en este punto de la historia fue que, así como en el periodo anterior la semilla se había propagado en América, acá se probaron los primeros frutos de Asia con bandas japonesas como Luminous Orange (Waiting for the Summer LP, Puppy Dog Mail EP, Suggarcoated LP), Boris (Absolutego LP, Amplifier Worship LP) o Coaltar of the Deepers (Submerge LP, CAT EP, CAT II EP) aunque estos últimos ya venían de unos años atrás.
Contrario a lo que muchos piensan, el cierre de los 90s no fue del todo una etapa de vacas flacas para el shoegaze. Es verdad que no había tantas bandas como apenas unos años atrás pero las pocas que surgieron -y otras que perduraron como Swirlies, The Boo Radleys, Los Planetas, Silvania o Lilys– eran realmente buenas. Las teorías por las que la gama de propuestas se redujo significativamente varían. Algunos afirman que la principal razón fue que este tipo de música, a pesar de estar en boga en algunos sectores, no era precisamente «radio-friendly», lo que significó un obstáculo para que muchos músicos pudieran seguir abriéndose puertas; y esto también iba de la mano con la actitud «poco amistosa» de los grupos que se hacían prácticamente inaccesibles para la prensa, impidiendo ser abordados con un fin comercial que eventualmente les repercutiría en los bolsillos. Aun así, reafirmamos que los pocos nombres que dominaron este trecho fueron dignos representantes del sonido: conservaron su espíritu así como el ruido en sus venas.
La nueva ola (2000 – 2009)
Air Formation, Astrobrite, The Radio Dept.
El siglo XXI iniciaba con un futuro incierto para el shoegaze. Fue esa incertidumbre producto de los dilemas que dejó la recta final del siglo pasado y la apertura de la era digital con sus nuevas tecnologías, lo que llevó a muchas de las nuevas bandas que manaban en este periodo a dudar respecto al género. Además, el inicio de los 2000’s se caracterizó por la reinvención de prácticamente todos los géneros musicales, teniendo como efecto incontables subgéneros y actos «revival»; y el shoegaze no sería la excepción. Entonces entendamos esta fase como una de transición con varias pruebas para renovar el sonido, hacerlo competir con las nuevas modas y llevarlo a la vanguardia nuevamente. Fue así como llegó la mutación hacia el Nu-Gaze.
Algunas de las bandas que más experimentaron en este rubro, yendo desde el dreampop con estridentes sintetizadores hasta la fusión de la electrónica con el indie (y otros géneros), fueron A Sunny Day in Glasgow (Scribble Mural Comic Journal LP), The Radio Dept. (Lesser Matters LP, Pulling Our Weight EP), Ulrich Schnauss (Strangely Isolated Place LP, Goodbye LP), Project Skyward (Strange Synchronicities LP, Sirius EP), Soundpool (On High LP), Mahogany (The Dream of a Modern Day LP), Guitar (Honeysky LP), Rumskib (Rumnskib LP), Engineers (Engineers LP, Three Fact Fadr LP), Panda Riot (She Dares All Things LP), Malory (Not Here – Not Now LP, The Tird Face LP), Alcian Blue (Fall Behind EP, Alcian Blue LP), Cruyff in the Bedroom (Perfect Silence LP, Hikarihimawari LP), A Shoreline Dream (Avoiding the Consequences LP), The Depreciation Guild (In Her Gentle Jaws LP), Pacific UV (Pacific UV LP, Longplay 2 LP), The Voices (The Voices LP), The Raveonettes (dato curioso: odian ser relacionados con esta escena (Whip It On LP, Pretty in Black LP)) y Loomer (Coward Soul EP), entre otras.
Sin embargo, de forma paralela y no precisamente como oposición a esa nueva ola, se destacaron otras agrupaciones que se mostraban más puristas y fieles a los principios básicos del shoegaze, recuperando la esencia tanto de esos densos zumbidos eléctricos como de las celestiales cuerdas del pop etéreo, en ambos casos con resonancia menos digitalizada (o más «orgánica»). Estas manifestaciones más románticas fueron obras de las dos bandas más importantes de Scott Cortez (quien ya estaba presente en la década pasada en colaboraciones con algunas de las agrupaciones mencionadas y en sus propios proyectos): Astrobrite (8 Candy EP, Crush LP, Pinkshinyultrablast LP) y Lovesliescrushing (Glissecule LP , Voirshn LP).
Otros actores importantes fueron Air Formation (Ends in Light LP, 57 Octaves Below EP, Daylight Storms LP), Pia Fraus (In Solarium LP, Mooie Island EP), Airiel (Winks and Kisses EPs), Asobi Seksu (Citrus LP), Autumn’s Grey Solace (Riverine LP), Stella Luna (Stargazer EP), The Daysleeprs (Hide Your Eyes EP), Colour (Colour LP, Heaven LP), Monoland (Manouva LP, Cooning LP), Tears Run Rings (A Question and an Answer EP, Always, Sometimes, Seldom, Never LP), Serena Maneesh (Fixxations EP, Serena Maneesh LP), Resplandor (Elipse LP, Pleamar LP), LSD and the Search for God (LSD and the Search for God EP), The Meeting Places (Find Yourself Along the Way LP), Fleeting Joys (Despondent Transponder LP), The Black Ryder (Buy The Ticket, Take The Ride LP), Skywave (Synthstatic LP), A Place to Bury Strangers (A Place to Bury Strangers LP), The High Violets (44 Down EP), Sway (The Millia Pink and Green EP), The Emerald Down (Scream The Sound LP, Aquarium EP), Highspire (Your Everything LP), Sciflyer (The Age of Lovely, Intimate Things EP), The Vera Violets (Faintly Acquiainted LP, Last Kiss LP), Brief Candles (They Live We Sleep LP), The December Sound (The Silver Album LP), The Fauns (The Fauns LP), Dive (Freeze Frame EP), Hartfield (True Color, True Lie LP), The Brother Kite (Waiting For The Time To Be Right LP), Raymond Scott Woolson (Accidental Grace Notes LP) y Heaviness (Heaviness LP), entre otras.
Es casi imposible mencionar a todos los grupos sobresalientes de este periodo. Al decir verdad, esta es la etapa en la historia del shoegaze (reconocido aquí como nu-gaze) con más bandas con propuestas muy diferentes en una escena que ya no era tan subterránea como antes. Esto es normal si pensamos que muchos de esos fans jóvenes -quizás en su adolescencia- que crecieron en el origen y la explosión del shoegaze ya habían madurado y formado sus propias bandas con las cuales rendirían tributo a ese sonido que los formó, y si de paso podían innovarlo un poco, mejor para ellos. Es importante también hacer énfasis en que esta avanzada ya no era predominante en una o pocas regiones como antes, sino que ya era global. Prácticamente existían bandas de cualquier parte del mundo y con letras en cualquier cantidad de lenguas (o incluso con canciones instrumentales), algo ya muy habitual a partir de esta década en adelante.
Renacimiento y nueva fusión (2010 – 2019)
Ringo Deathstarr, The Stargazer Lilies, Alcest
Muchos considerarán a la segunda década de este milenio como una de las más célebres del shoegaze desde su época dorada en el inicio de los noventas, y que ello se debe a los regresos casi simultáneos de la mayoría de sus bandas emblemáticas después de casi dos décadas de haber desaparecido: My Bloody Valentine, Slowdive, Ride, Lush, Flying Saucer Attack, Lilys, The Telescopes y Swervedriver.
Por supuesto que estas resurrecciones influyeron de manera importante; son retornos traducidos en mucho más que actos simbólicos que, por sí solos, anunciaron el resurgimiento de la ola shoegazer. Pero la verdad es que esto ya venía palpándose desde un poco antes, en el inicio de la década precisamente, con nuevas bandas que habían ido a las raíces para darle importancia a las melodías y el ruido nato por igual. Nos referimos a Ringo Deathstarr (Colour Trip LP, Mauve LP), Young Prisms (In Between LP), Beliefs (Beliefs LP), Whirr (Pipe Dreams LP), Dead Leaf Echo (Another Language LP, true.deep.sleeper. EP, Beyond. Desire LP), The Pains of Being Pure at Heart (Belong LP), Crocodiles (Sleep Forever LP, Endless Flowers LP), Pastel Blue (Pastel Demos y Blue Demos), Crisis Arm (Caterwaul LP) y Power Pyramid (The God Drums LP).
Estos chicos no tuvieron que esperar a nadie para encontrar la motivación en continuar escribiendo la historia, pero al mismo tiempo regresaron el shoegaze a su estado más puro, dejando el terreno listo para recibir de vuelta a sus ídolos del pasado.
Inmediatamente después, ya con el impulso de la vieja guardia más que activa y de la mano con su relevo generacional, la efervescencia de la ocasión en este punto histórico le dio la bienvenida a otros grupos que fortalecieron aun más la escena, como Cheatahs (Cheatahs LP, Mythologies LP), The Stargazer Lilies (We Are the Dreamers LP), Lowtide (Lowtide LP), Pinkshinyultrablast (Everything Else Matters LP), Tamaryn (Tender New Signs LP), Fever Dream (Moyamoya LP), Luna Ghost (Luna Ghost EP), Star Horse (Crush EP, Devour EP), Seasurfer (Dive LP, Uner the Milky Way… Who Cares LP), Asalto al Parque Zoológico (APZOO EP, Hexadecimal LP), Stagnant Pools (Temporary Room LP, Geist LP), Ceremony (Distance LP), Neiv (Lightless LP), Venera 4 (Eidôlon LP), DIIV (Oshin LP, Is There Is Are LP), Her Vanished Grace (Star-Crossed LP), Aerofall (Aerofall LP, FORMS LP), Be Forest (Cold LP) Waldo & Marsha (Zoo LP), Last Leaf Down (Fake Lights LP), Stella Diana (Alhena EP, Nitocris LP), No Joy (Wait to Pleasure LP, More Faithful LP), She Bit Her Lip (Viiv LP), Voices from Deep Below (Dissolver LP, Enoia LP), Deafcult (Deafcult EP, Auras LP), Echodrone (Five LP, Past, Preset and Future LP), Miserable (Halloween EP, Uncontrollable LP), Static Daydream (Static Daydream LP), Wildhoney (Sleep Through It LP), Wozniak (Courage Reels LP), Crescendo (Lost Thoughts LP, Unless LP), Vaya Futuro (Perro Verde y Triste LP), Hexagrams (Analog EP, Soft Drugs LP), Disco Las Palmeras! (Nihil Obstat LP), Odio París (Odio París LP), Últim Cavall (Records de Kyoto LP), Le 1991 (Luminol Dancing EP), Lorelle Meets the Obsolete (Corruptible Faces LP, Chambers LP), Has a Shadow (Sky is Hell Black LP) Car Crash Sisters (The Crystal Garden EP), Pure Morning (The Broadcasting Department of Philadelphia LP), Los Mundos (Retroterapia LP, Dios es Fuzz EP), Berlina (Desértico LP), Sexores (Historias de Frío LP), Puna (Au Dial LP), The Sorry Shop (Mnemonic Syncretism LP), Flyying Colours (ROYGBIV EP), Presents for Sally (Colors & Changes LP), Newmoon (Space LP), Seven Tin Stars (Goodbye Stars (daylight is coming) EP, Return to the White Tide EP), Trementina (810 LP), Kimono Lights (Imprinting LP, Trick or Thriller LP), Vibrissae (Somewhere Away LP), Miniatures (Jessamines LP), Life On Venus (Encounters LP), Mint Field (Pasar de las Luces LP), Blushing (Blushing LP, Weak EP, Tether EP), Blush Response (Dead Air EP, Hearts Grow Dull LP), Lazy Legs (Lazy Legs EP, VISIONDEATH LP, Themor EP), 93MillionMilesFromTheSun (93MillionMilesFromTheSun LP) y Miserable (Halloween Dream EP, Uncontrollable LP).
De manera paralela y con una resonancia pesada y potente (en parte por sus sus percusiones), surgieron nombres como Nothing (Guilty of Everything LP, Tired of Tomorrow LP), Whiir (Pipe Dreams LP, Sway LP), Soul Blind (Willpower EP), Margaritas Podridas (Porcelain Mannequin LP) o Blist Her (Glimmer EP, TV Guide to Life EP), que como parte de una generación de artistas que crecieron consumiendo shoegaze y grunge en las mismas proporciones, mezclaron sus elementos para crear algo más brutal y sólido por escuchar.
Y yendo un más allá, todavía hubo tiempo para una mutación más en el género, una especie de fusión, mejor dicho, que trajo una nueva corriente llamada Blackgaze. Esto es a partir de elementos característicos del heavy/black metal (sobre todo en el canto) cruzados con el shoegaze, dando pie a una camada alterna de bandas con una energía desbordada en las voces que ya no se escondieron detrás del caos, sino que lo acompañan al frente con gritos desgarradores o tonos más graves pero armoniosos, y con una ejecución instrumental más apasionada, basándose en las mismas premisas reverberadas y atmosféricas de este ruido.. En esta vertiente tenemos a Alcest (Souvenirs d’un autre monde LP, Les Voyages de l’âme LP) y Show Me A Dinosaur (Evolvent LP, Dust LP) como punteros, pero pronto se les unieron Les Discrets (Septembre et Ses Dernières Pensées LP) y Deafheaven (Roads to Judah LP, Sunbather LP), para que los cuatro funcionaran de ejemplo para muchos otros nombres como Violet Cold (Astral Suicide EP), Sylvaine (Silent Chamber, Noisy Heart LP, Wistful LP), Slow Crush (Ease EP), White Ward (Origins LP, Futiliry Report LP), King Woman (Created in the Image of Suffering LP) o Astronoid (Stargazer EP, Astronoid LP).
Así que, después de todo esto, en esta especie de renacimiento y con nuevos alaridos como poderosas bocanadas de aire fresco, se siente como si el círculo se estuviera completando. Los sabios maestros de antaño regresaron en una etapa mucho más madura de sus carreras para acompañar de cerca a una nueva generación de músicos que se ha tomado como misión no solo el rescate de las raíces y la preservación de la esencia celestial del género, sino también de su diversificación.
Las piezas embonaron y comenzó a respirarse un aire en la atmósfera shoegazer con una intensidad que hacía tiempo no se sentía, esto posible gracias a todos los personajes del pasado que cumplieron con invaluables aportes en cada capítulo de su historia. Por ellos, ahora se termina por confirmar que el Shoegaze fue y seguirá siendo una realidad alternativa, que el ruido realmente llegó para quedarse, que entre el melódico caos y lo abstracto de este sonido se esconden cierta armonía devastadora y una belleza que vibra en las entrañas, perceptibles sólo para los que saben escuchar con cuidado detrás del estruendo del mundo. Y esa fue la resurrección del género, del movimiento, de la escena… Y parece que estamos muy cerca de su consagración eterna.
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