Fat Possum, 2022

Calificación

Pocos álbumes o bandas logran ser reconfortantes hasta el tuétano. Si bien la música logra ser ese vehículo de escape que muchas veces se necesita para traspasar las barreras de lo cotidiano y lo somnoliento, muy pocos materiales de estudio están enfocados enteramente en la búsqueda de este tema. De cualquier manera, esto no es una obligación, pero se agradece ese tipo de atenciones. Sin embargo, hay agrupaciones que están tan bien ensambladas que, por sí solas y sin caer en un abismo de pedantería ni premeditación, se convierten en clásicos de nuestro tiempo por cuestiones puramente emocionales. Bueno, algo similar pasa con DEHD, una de las bandas más sobresalientes del indie pop contemporáneo.

Este trío de Chicago integrado por Emily Kempf, Jason Balla y Eric McGrady podrían ser candidatos perfectos a la creación de rolas adecuadas para cualquier estado de ánimo, sobre todo si hablamos de ambientes pegajosos y encantadores. Hace ya seis largos años desde el estreno de su primer LP homónimo, y ahora vuelven a la vida con un álbum hipnótico en múltiples aspectos: Blue Skies. Y tal y como lo indica su nombre, este LP es una oda a los paisajes desde un indie rock de ocupaciones luminosas y a un sonido particularmente enternecedor y nostálgico.

Este disco construido desde un panorama de delicadeza, eteriedad y un fuerte amor hacia la melosidad pop. También es, en esencia, un álbum de juventud para el baile y el olvido; un verano eterno donde los riffs de bajo y guitarra se mezclan apasionadamente entre ritmos de batería juguetones y líricas sencillas, pero atrapantes y cercanas; eso sí, guiadas por voces sutiles que terminan de amarrar un trabajo extraordinario y con una producción bizarra.

De forma muy extraña, la música de Dehd nos recuerda a esos soundtracks de películas de adolescentes donde la fugacidad de la juventud, la melancolía y los viajes de tonos pastel inundan las rolas, cosa que para mí es fenomenal para la estética planteada en este trabajo. Piezas como «Bad Love», «Bop» o «Clear» nos sitúan en territorios de bonanza y aventura, siendo perfectas para descansar en los sueños de un indie pop de intenciones sinceras y contemplativas.

Claro, no todo es monotonía y sentimentalismo; hay piezas tan increíbles como inverosímiles que le dan la vuelta a esa línea temática y estética del LP, incluyendo un balance un tanto peculiar para incluir experimentos psicodélicos en el caso de rolas como «Memories», «Palomino» y «Stars». De cualquier forma, gran parte de Blue Skies tiende a ser melosa, impregnada de una esencia amorosa que ya es común en los géneros del indie o el pop, y que aquí se explota en grandes emociones.

Aunque la banda se autocatalogue como un trashpop de tendencias corrosivas, no hay cosa más alejada de este material. Esta es una obra pensada meticulosamente, que se nutre desde la jovialidad y el delirio para construir un sonido detallista que en ocasiones es demasiado dulce, llegando a rozar con territorios del dreampop, sin serlo. Esa es quizá una de las cualidades más especiales de la agrupación: definirse en un estilo ya es conocido, pero retorciéndolo a espectros diluidos y fascinantes.

De cualquier manera, Blue Skies es un álbum que encantará a más una persona y la dejará satisfecha y complacida de adentrarse en un mundo afrodisíaco, rodeado de éxtasis, nostalgia y situaciones empalagosamente hipnotizantes. DEHD encuentra en este disco un respiro de la monotonía, un descanso al atardecer a través de un género al alcance de todos y un mood excitante, conmovedor e increíblemente reconfortante para la eterna y vieja juventud.

 

TRACKLIST:
  1. Control
  2. Bad Love
  3. Bop
  4. Clear
  5. Hold
  6. Memories
  7. Window
  8. Palomino
  9. Waterfall
  10. Dream On
  11. Empty In My Mind
  12. Stars
  13. No Difference

 

Me suena a:

Girls

Beach Fossils

Black Honey


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