La vida temprana de las personalidades en la música muchas veces (casi siempre, de hecho) nos revelan mucho de su cosmovisión y el consecuente desenvolvimiento de su vida. El caso de Kurt Cobain, máxima figura representativa del grunge y uno de los rockeros más extrañados de muchas generaciones, es muestra fiel de esta premisa. Vamos a hacer entonces una especie de superficial ejercicio de psicología pop sobre sus dotes artísticos en la adolescencia, cuando creó su propio cortometraje de terror por allá del año 1984.

El desaliñado chico de Aberdeen, Washington tenía apenas 17 años cuando creó esto. Pero no lo hizo solo, con él colaboraron Dale Corver (a la postre baterista de Melvins) y Krist Novoselic (con quien fundó Nirvana años más tarde). Ellos tomaron su cámara Super 8 y bajo la dirección de Cobain lo enfocaron portando una máscara del famoso luchador y actor Mr. T, sentado frente a un pentagrama en el piso, velas encendidas y una línea de cocaína que aspiró sin desdén.

Lo anterior ocurre dentro de una recámara oscura. También se pueden ver rollos de película ardiendo y unas tétricas fugas de luz. Posteriormente salen a las calles y graban desde lejos a una señora dentro de su casa que se puede observar a través de su ventana; también aparecen perros asesinados con cuchillos de juguete, tortugas, adultos mayores y paisajes urbanos de Aberdeen. Unos intentos de técnicas stop motion se pueden percibir, aunque no insisten mucho en eso. Pero sin duda lo más espeluznante es mirar al joven Kurt simulando su suicidio, fingiendo que se corta el cuello.

Como seguro lo suponen, después del trágico desenlace Cobain en 1994, este video trascendió en rincones melómanos realmente subterráneos (no había YouTube, redes sociales ni el internet era lo que es hoy), e incluso se paseaban algunas copias clandestinas en el mercado negro. En su tiempo, el video fue llamado por los fans Kurt’s Bloody Suicide (El sangriento suicidio de Kurt), un nombre que maximizó su valor y lo hizo mucho más codiciado.

Ahora, tras muchos años y después de que se hiciera cada vez más conocido, este archivo recibe el título Kurt Cobain Horror Movies y sus propios autores hablan públicamente de él. Dale Corver dice que se trata de lo que ocurre cuando tres chicos tontos empiezan a joder con una cámara -por más bizarre que se vea esa primera toma de una mano herida (probablemente por golpear algo o a alguien). Pero la opinión de algunos críticos estudiosos y otros fans muy clavados en el fenómeno Nirvana, consideran muchas de estas escalofriantes y vanales tomas un presagio en la crónica de una vida con un final perturbador.

*El video tiene un aviso de advertencia antes de reproducirse, debido a las imágenes mostradas.

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