4AD, 2012

Calificación

No, en esta ocasión no estaremos hablando de un rock alternativo- casi grunge como el de los inicios de su primera banda Screaming Trees; mucho menos del hard-rock con el que se vio envuelto cuando colaboró con Queens of the Stone Age. Con esta nueva entrega, su primera en ocho años, Mark Lanegan propone todo menos los sonidos antes mencionados mostrando una sed de experimentación que lo pone a la vanguardia aun el día de hoy, a casi 30 años de haber iniciado su carrera musical.

En el Bluess Funeral tampoco encontraremos los temas de los que el oriundo de Washington solía hablar regularmente en sus anteriores trabajos, tales como la muerte y la autodestrucción, aunque –eso sí- la crudeza, lo bizarro y la tendencia a crear música oscura, al parecer jamás se le quitará. Es por eso que me atrevo a etiquetar este álbum, a pesar de sus momentos pop, trip-hop y rock-pop, como uno principalmente darkwave… aunque no del todo gótico.

El tema de introducción -el primer sencillo- «The Gravedigger’s Song» es el claro ejemplo de ello; pudiendo considerar a éste como el resumen perfecto de lo que estaremos escuchando a lo largo de la producción: baterías programadas con complejas secuencias, ambientes fríos y oscuros con guitarras eléctricas que parece se esconden detrás de árboles en un bosque color sepia, que le da ese pequeño tono de luz necesario para no perderse en el camino.

La grave y cruda voz de Lanegan es, como siempre lo ha sido, el verdadero sello de la casa. Cantando de forma pasiva y despreocupada, sus letras casi fantasmagóricas se irán plasmando en versos cortos que se adornan con lujosos arreglos computarizados, utilizados de forma muy cuidadosa, sin abusar de ellos.

La tercera del álbum se llama «Gray Goes Black» y no hay mejor manera de explicar las sensaciones que se irán desprendiendo en el disco, como la manera en que ese título lo hace. Desde aquí, a una temprana edad, la producción ya avisa que pretende trasladarte a las entrañas de ese misterioso bosque. Para no temer a la invitación y además encontrarnos en una situación cómoda, llegará inmediatamente la trip-hopera  «St. Louis Elegy», misma que te envuelve en un estado de confort mientras se flota entre la neblina gris. Después la entrega de un pequeño regalo para todos los seguidores de antaño con la única rockera «Riot In My House», que también presume de adornos electrónicos, de nuevo introducidos de manera cautelosa para no quitarle el liderazgo a los riffs de guitarras que empapan el panorama con pedales y electricidad.

“Ode To Sad Disco” (qué título, ¿no?) vuelve al pop procesado y digerible que al poco tiempo se convierte en uno muy ameno para escuchar, con suaves y casi pegajosos estribillos que dentro de un marco relajado llegan incluso a ser divertidos. Luego “Phantasmagoria Blues” (y siguen los excelentes títulos), quizá el tema más experimental y uno con los sonidos más acústicos también; se presenta con coros que te susurran entre la oscuridad “You are free again, one more time”, la frase más optimista que encontrarán en todo el álbum.

Acercándonos al final de la travesía llega una melodía realmente hermosa, llamada “Harborview Hospital” (este señor merece una mención especial por la selección de sus títulos); una fascinante letra que se pronuncia dentro de un refinadísimo pop eclético y sintetizado con una estridente instrumentación que compite constantemente con la rasposa voz de Lanegan, convirtiendo a la pieza en un vaivén de emociones contrarias que llegan a poner tus sentidos a flor de piel en un estado de relajación del cual muchos no querrán salir.

Todo terminará con reminiscencias de lo que fueron sus inicios en solitario, ese blues suave y eléctrico tan característico que cae incluso en lo folkero, mismo que ha provocado en la crítica especializada la comparación de Mark por momentos –sólo por momentos- con nombres como Leonard Cohen y Tom Waits. Nos referimos a «Leviathan» y «Deep Black Vanishing Train», que pueden incluso llegar a considerarse depresivas o, digamos mejor introspectivas, para que luego, ahora sí, culmine con la agria y casi electrónica «Tiny Grain Of Truth».

Con Blues Funeral, el señor Lanegan ha creado una obra que no pretende ser del agrado de todos, mucho menos posicionarse en las listas. Con su trabajo él no especula, pretende hacer única y sencillamente lo que siempre ha hecho: buscar inspirar desde pequeños rincones olvidados y solitarios en las almas del escucha, recordando que muchas veces de los momentos oscuros y tristes nacen las mejores obras de arte que llegan a expresarse de una manera única. Yo no sé qué nos encontraremos en los próximos meses en cuanto a lanzamientos de discos se refiere, ni cómo terminaremos el año con tantos títulos que seguramente serán considerados, al igual que éste, los mejores del 2012. Pero mientras llegamos a esas instancias, el día de hoy yo ya he listado a esta fina producción como una de mis favoritas del primer trimestre.

Tracklist:

1. The Gravedigger’s Song
2. Bleeding Muddy Water
3. Gray Goes Black
4. St Louis Elegy
5. Riot In My House
6. Ode To Sad Disco
7. Phantasmagoria Blues
8. Quiver Syndrome
9. Harborview Hospital
10. Leviathan
11. Deep Black Vanishing Train
12. Tiny Grain Of Truth

Me suena a: Peter Murphy, Tom Waits, Siouxsie & The Banshees[youtube http://www.youtube.com/watch?v=zP5GWYXp4d0]


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