Sofsky es una banda de cinco componentes humanos que ha estado suministrando su arsenal instrumental en los años recientes para coleccionar sus primeros singles, antes de conformar oficialmente su primer disco de larga duración, ese que hace poco vio la luz después de años de producción, sin título.

Como si de un lienzo en blanco se tratara y cada ráfaga eléctrica fuera un pincelazo, la agrupación suiza toma una tableta de extensa gama de colores en los que se funde el post-rock, el dreampop, el rock progresivo y el shoegaze. De ahí comienza a dibujar paisajes naturales con atardeceres surrealistas, amaneceres resplandecientes y noches de frío y esperanza, y con un poco de magia los transforma en movimiento mientras el tracklist de 10 vuelos transcurre.

Las letras de Sofsky son entrañables y reflexivas. Acompañan un sentimiento mundial post-pandemia sobre las comienzos nuevos después de la oscuridad; las nuevas entradas de luz tras el caos. El aislamiento y los encuentros con uno mismo ayudaron a la reconciliación de la psique con el alma. Y así expandimos las fronteras de nuestra imaginación hacia otros mundos dentro del nuestro. Pensamos en las emociones y la existencia misma a través de diversas facetas; y luego estamos aprendiendo a disfrutar las pequeñas trivialidades de la vida, las bellezas terrenales con las que podemos mutar hacia lo inmaterial.

 

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