Sub Pop, 2022

Calificación

Pasa el tiempo y Beach House parece ya una banda tan consagrada y por demás respetada que, a pesar de la intermitencia de los años recientes, nunca se ha sentido ausente en la escena. Su base de fans siempre está lista para un regreso, porque sabemos todos que es algo que inminentemente ocurrirá. Ahora, con este doble álbum llamado Once Twice Melody -su primero en cuatro años- no iba a ser la excepción. Cada que una nueva rola de Victoria Legrand y Alex Scally aparece después de un tiempo considerable algo interesante sucede con las reacciones en las redes melómanas, sobre todo en las afines a los resplandecientes senderos del dreampop y el synthpop (ya no más indie-pop como era en sus inicios).

Iré al grano desde ahora: ciertamente este no es el mejor álbum de la banda de Baltimore, pero está muy lejos de ser el peor. Y vaya que es un LP súper estable, y en ese sentido creo que está notoriamente por encima de muchas otras grabaciones anteriores (de su último periodo). Y es que a pesar de su extensísimo tracklist, este disco no te va a dejar que lo abandones fácilmente. Es consistente y constantemente interesante. Y además es un grower, definitivamente: conforme más lo escuchas, más te pega (en el mejor sentido de la expresión, claro).

Cuando se tienen 18 canciones es difícil hablar de todas por separado porque con una prolongación así está establecido implícitamente que se trata de ese tipo de producciones que funcionan más como un todo y que debes dejar correr sin pausa alguna. Sin embargo, la subdivisión en cuatro bloques en el set hace un poco más factible hablar de algunos puntos «clave» del disco. Entonces basta mencionar de la rola inicial-homónima y «Superstar», la primera de coros muy pegadizos y la segunda con esa disimulada suciedad estelar en su atmósfera como los cortes más memorables en esta primera parte. «Pink Funeral» también tiene un encanto peculiar, ya que recurre a sonidos más espaciales y mecánicos sin perder ese sello característico del grupo en su eco final.

Más adelante, en el segundo bloque se bajan las revoluciones así como la temperatura. En «Runaway» y «ESP» disminuye el ritmo para respirar en la gélida tranquilidad sobre la estridencia de sus sintéticas bases. Es aquí cuando uno reflexiona que, paulatinamente con el paso de los años, la banda nos ha traído a este punto de su carrera en el que los sintetizadores y los teclados son ya los instrumentos musicales más determinantes en su fórmula, quitándole ese protagonismo a las cuerdas etéreas de Scally (no sí si esto sea algo bueno o malo, dependerá de gustos). Esto lo terminamos de confirmar en «New Romance» y «Over and Over» que parecen dar el siguiente paso en su sonido, con una visión más futurista en ese sentido.

Para la tercera coalición de temas sí regresan las cuerdas acústicas («Sunset») así como ese pop romántico y tierno («Another Go Around») que nos remembra a sus clásicos trabajos y nos hace girar la cabeza hacia atrás, pero inmediatamente «Masquerade» nos da vuelta a la dirección contraria, en la que íbamos hacia esas nuevas fronteras que Legrand y Scally están tan emocionados explorando y en las cuales parece se quedarán ahí por un buen tiempo.

Ya en el último bloque, el más nostálgico desde mi punto de vista, rolas como la dramática «The Bells» (aquí sí reaparecen las guitarras eléctricas de Alex) y la minimalista «Hurts to Love» nos trasladan a esa atmósfera ya muy familiar e identificable en estos chicos; mientras que «Many Things» nos acaricia el corazón desde un plano célico para que luego llegue, ya al final, «Modern Love Stories» en una de sus construcciones más musculosas y oscuras, con una rica instrumentación y un cuidadoso detallado en sus ensambles.

Entonces, tenemos ahora a una banda que si bien es cierto se aleja cada vez más de sus texturas orgánicas, en los nuevos campos electrónicos y mecánicos que estudia desde hace tiempo no han cambiado del todo su estilo, lo cual habla de un respeto profundo a sus raíces e influencias. El sello Beach House siempre está ahí. Esto se dice fácil pero implica realmente muchas cosas (entre otras, mucha paciencia para no dar giros tan radicales de un disco a otro, claro). El éter que abraza la música de Victoria y Alex se distingue a kilómetros y a tal grado que, sin necesidad de deleitarnos con esa distinguidísima voz, con tan solo escuchar la más mínima frecuencia al más bajo decibel, sabemos siempre quiénes están detrás.

Digamos que Once Twice Melody resume todo lo que este grupo domina, pero lo matiza en nuevos colores más concordantes con la visión vanguardista que van obteniendo con el paso de los años. Este set trata de distintas bocanadas en las que cada una expone sus fortalezas como banda. Habrá, como en todo disco, canciones que disfrutaremos más que otras porque considero que son en las que más énfasis hacen a sus peculiaridades como músicos, a sus dotes que los han distinguido desde siempre. Y el hecho de que esos guiños estén tan bien distribuidos a lo largo del álbum hace que, como les decía, no lo soltemos tan fácilmente y que las sorpresas sean recibidas sin pormenores.

 

TRACKLIST:
  1. 01 Once Twice Melody
    02 Superstar
    03 Pink Funeral
    04 Through Me
    05 Runaway
    06 ESP
    07 New Romance
    08 Over and Over
    09 Sunset
    10 Only You Know
    11 Another Go Around
    12 Masquerade
    13 Illusions of Forever
    14 Finale
    15 The Bells
    16 Hurts to Love
    17 Many Nights
    18 Modern Love Stories

 

 

Me suena a:

Chromatics

Marissa Nadler

Broadcast

 

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