Lil' Chief Records, 2020

Calificación

Hace unos días Jonathan Bree publicó su nuevo álbum de estudio, After the Curtains Close, el cuarto en el catalogo del músico y productor neozelandés como solista (hay que recordar que es miembro cofundador de la banda The Brunettes y ahí ya lleva otra buena cantidad de lanzamientos discográficos).

La obra comienza con «Happy Daze» en un tempo lento, acompañándose de un sintetizador y cajas de ritmos en tonos graves, extendiendo el uso del primero por aproximadamente dos minutos. Y como es costumbre, el falsete de Bree es sosegado y suave, y por instantes en tonalidades bajas.

El álbum continua con «Heavenly Vision» y su piano estilo retro, proponiendo una voz juguetona que recuerda por momentos a David Bowie. El track se ambienta con arreglos de violín como una pieza clave para otorgar momentos de luz no solo en esta pista sino en toda la producción que, dicho sea de paso, a estas alturas se percibe más amigable que su antecesora en dominios más pop.

En «Kiss My Lips» Bree nos presenta su colaboración con Princess Chelsea, la cual queda marcada por completo por la dulce y agradable voz de esta cantante neozelandesa; y la batería semilenta acompaña la pauta que se marca siempre por el bajo. Más adelante, en «Until Were Done» el ritmo y la energía suben un poco; la canción se elabora en tonos más llanos en toda su instrumentación.

Aunque la voz de Jonathan no es constante a lo largo del tracklist, sí es predominante y toma su protagonismo en los momentos y canciones que se requiere. Él sabe además que no es necesario saturar de sonidos su trabajo, y esta premisa la encontramos en «In The Sunshine», un tema sencillo que se sostiene solo a partir de voz, bajo, batería y una que otra distorsión que hacen del momento algo mágico. En «Meadows in Bloom» se escucha otra colaboración, ahora con Britta Phillips que suena un poco más sombría que Chelsea, pero igualmente cautivadora. Mención especial en este episodio para la ejecución de los sintetizadores y su ambientación a través de los coros que parecen trasladarte a un lugar vacío pero muy tranquilo, en paz.

Ya más avanzado el disco, llega «Children» que pareciera haber sido grabada dentro de una cueva en donde se escucha el piano lento y repetitivo con un riff muy profundo; y los sonidos parecen viajar a través del tiempo. En «69» canta otra invitada, Crystal Choi y junto a ella Jonathan nos regala mucha bonanza como bajista, y una atinada selección de arreglos que visten todo el track.

Al final, podemos decir que After the Curtains Close esta construido por 12 piezas que sobresalen en el concepto que pretende exponer Bree, como un viaje elegante y con mucha clase, imprevisto; con emociones y sentimientos que se hacen constantes durante casi 40 minutos, tales como el amor, la esperanza y la soledad. Es un álbum etéreo, barroco y minimalista que atrapa al escucha con sutileza. Una obra musical que está dentro de lo mejor que nos ha regalado este frenético año 2020, muy adecuada para calmar un poco su caos.  Es también como una prueba más en la que se nos demuestra que no siempre la saturación de guitarrazos, batacazos o distorsiones garantiza el mejor resultado; una prueba más de que si los músicos nunca se abandonan, no se traicionan a sí mismos, siempre nos entregaran trabajos dignos de su calidad, pues Jonathan Bree puede presumir hasta hoy contar con una discografía perfecta en solitario, con trabajos mágicos y delirantes como este.

Tracklist:

  1. Happy Daze
  2. Heavenly Vision
  3. Waiting on the Moment
  4. Kiss My Lips
  5. Until We’re Done
  6. In the Sunshine
  7. Meadows in Bloom
  8. Cover Your Eyes
  9. Children
  10. 69
  11. No Reminders
  12. After the Curtains Close

Me suena a: Caveman, Ariel Pink, Kevin Morby

 

 


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