Durkmoose es una banda a la que queremos le presten mucha atención. Formada en Albuquerque, Nuevo México, hace un par de años por T. Hooker y A. Pickett, en sus primeros registros ha dejado huella profunda por pesada en el sonido de sus pasos, esos que se escuchan a ritmos cambiantes debido a la montaña rusa emocional de su caminar.

Entre el post-rock y el post-metal, este par de chicos han compuesto piezas tan titánicas como cinemáticas, además construyen secuencias que nos llevan al borde de un abismo cerca del fin del mundo. Toda la obra es instrumental, pero tiene el potencial de transmitirnos tantas cosas… No hay mejor forma que entrar al trance de esta energía galvánica que con los ojos cerrados y la mente bien abierta a las posibilidades. Lo demás, déjenselo a ellos.

Drama, suspenso y terror. Son tres sentimientos que se desbordan en estas ráfagas electrizantes que se posan sobre una base orgánica que amalgama elementos corrosivos del rock. La crudeza melódica de sus rolas nos absorbe, dejándonos rendidos ante los acontecimientos sonoros que retumban en los tímpanos, anunciado la llegada de algo gigante a punto de estallar.

 


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