Rusia es cuna de buen shoegaze, refugio de vientos etéreos que se esconden en estudios de grabación para formar angelicales melodías que nos rememoran, en muchos casos, a los trabajos de leyendas del dreampop como Slowdive o Lush, por decir algunas. Un relativamente nuevo fenómeno de esta vertiente musical es Echodreaming (hasta el nombre, ¿no?), que si bien debutó en 2021 y en todo 2022 no supimos nada de ellos, los tenemos filtrados en nuestro radar de propuestas independientes actuales porque aun es muy temprano para perderles la fe.

Su primer EP, Songs from the Dream (otra vez con los nombres oníricos) fue grabado en apenas una semana, y contiene un total de cinco celestiales tracks del pop más azucarado y surrealista que les acariciará el tímpano suavemente. Y algo por demás sorprendente es que en cada una de estas pistas se usaron diferentes afinaciones en la misma guitarra, diversas longitudes de escala, configuraciones y calibres de cuerda. Por lo mismo, cada capítulo tiene vida propia y  brilla con su luz.

Los pedales, las máquinas de ritmos, las guitarras y el discreto bajo dibujan espirales rosas y púrpura en el aire, todas alrededor de un halo que cubre la inocencia y la abraza con una cadencia envidiable. Estos chicos están creando, poco a poco, pequeños himnos al amor, bandas sonoras para soñar con el paraíso.


 


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