No les diremos que esto es exactamente noise-rock, pero Milly sí sabe encrudecer sus guitarras en una distorsión que bien nos remembrará al shoegaze y el stoner por lapsos de buen ruido mareador, pesado… Sin embargo, los californianos van más por una onda alternative, si cabe la expresión. ¿O quizá grunge?

Actualmente el dúo está difundiendo su disco llamado Eternal Ring, lleno de melodías que si no fuera por toda esa carga eléctrica y los coqueteos de la psicodelia podrían pasar por pequeños himnos de nostalgia juvenil y sentimientos románticos que nos sumergen densamente en pensamientos positivos. Pero la contundencia sonora está ahí. Son titánicos por placer y explosivos por congruencia con su cosmovisión sonora.

Sí, tal vez haya un poco de emo por acá, ahora que escuchamos con más cuidado. Pero nada para alertarse, ¿cierto? Quizá es el sentimiento vocal y el timbre que alcanza Brendan Dyer, que en conjugación con el resto de la instrumentación podría pasar todo esto también por un slowcore galvánico y un indie rock súper pesado. Léase entonces que los fans de Weezer (a inicios de su carrera) y Pavement van a sentirse en casa con esta música. Regresarán corriendo a los noventas y en un abrir y cerrar de ojos estarán frente a ráfagas guitarreras que los harán vibrar.

 


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