Oriundo de Phoenix, Arizona y siempre de bajo perfil, Michael Plaster es uno de los compositores más melancólicos que el mundo subterráneo de la música ha visto nacer. Alguna vez, en mis primeras experiencias escuchando sus álbumes, lo llegué a catalogar como el músico más depresivo del planeta. Esta aseveración lejos de ser un escarnio siempre lo consideré más un elogio, ya que pienso que se necesita de mucho aplomo para concentrar las emociones más oscuras que puedan hundir al ser humano y hablar públicamente de ellas, invadido por el pánico y el quebranto, no precisamente con el propósito de liberarlas o evadirlas, sino como un tratamiento para la agudización de esas sensaciones con el fin de hacerles frente, explorarlas a fondo como pocos o nadie se ha atrevido a hacerlo. En ese sentido, siempre he creído que Michael es un artista muy valiente.

Así fue que creó su proyecto musical solista, soulwhirlingsomewhere; y a través del sello Projekt Records (casa predilecta de los más lúgubres y etéreos actos del underground) comenzó a trasladar sus experiencias a los estudios de grabación para compartir su perspectiva acongojada de la existencia, indagando en lo más hondo de sus retorcidos pensamientos y externando algunos secretos que otros podrían considerar simplemente inconfesables. Sonoramente hablando, una yuxtaposición de elementos de la electrónica y el ambient cargados de una energía acústica irreal fue lo que abrazó su estilo slowcore con texturas del dreampop, acercándose peligrosamente a la penumbra luctuosa del darkwave. Y su voz… Esa voz que pasaría en una primera impresión por serena y emanada de un corazón anestesiado, pero realmente debilitada y consternada, tan naturalmente imperfecta. Y por eso es tan atrayente, precisamente.

¿Alguna vez escucharon la frase «Bad art is more tragically beautiful than good art, because it documents human failure»? Es una cita que hace el personaje Henry Latham sobre el artista ficticio Tristan Rêveur en el filme Stay, de Marc Forster. Y vaya que es poderosa. Creo que más o menos así podríamos explicar el arte de Michael todos los que no solo lo hemos escuchado sino realmente vivido: no es nada más el desperfecto sino también los fracasos que forman parte de nuestra esencia como seres humanos; el suplicio como aspecto incómodo pero intrínseco de nuestra realidad. Ahí encontraremos belleza genuina también, sin poses ni fantasías.

Lo más tenebroso de todo esto es que después de experimentar a soulwhirlingsomewhere es probable que nos preguntemos si la vida no es tan maravillosa como nos la contaron, si esas experiencias que nos marcaron rasgaron no siempre traen consigo enseñanzas y superación, sino que a veces, muy a menudo, solo nos arrastran al sufrimiento para recordarnos que seguimos coexistiendo en este plano. Cuando lo escuchamos cantar sobre esta objetividad se nos parte el alma, sí, pero también podemos llenar los vacíos de nuestro interior. Él solo comparte su terapia de introspección y nosotros sanamos en silencio.

¿De verdad están listos para este recorrido…?

 

1. nani

Please Sennd Help LP, 2001

Bellísima canción; es una de las más románticas y estremecedoras en todo el repertorio de Plaster. Y como no podía ser de otra manera, aun en su circunstancia más tierna existen el espacio y el tiempo suficientes para la amargura y el desconsuelo. Todo inicia y marcha apaciblemente con una sedosa y angelical instrumentación, y líricamente se va construyendo una oda al enigma del enamoramiento a primera vista (o a primera cita, en este contexto) pero al final todo concluye en un crescendo sonoro como si de un cúmulo de emociones dolorosas a punto de explotar se tratara, tras la dura admisión de esa triste condición humana que nos lleva a la desesperada necesidad de la mínima atención y cariño, la cual a él termina siempre dejándolo solo, vacío…

 

2. i dream we are blind

Eating the Sea LP, 1993

Sobre todo en sus primeros trabajos, su instrumentación era más asequible pero siempre fueron el agridulce sabor de sus melodías, las penetrantes letras y ese halo de misticismo encubridor lo que le daba el frenesí a sus canciones, como si de un manto de energía casi espiritual se tratara. Era la reverberación exagerada de guitarras y pianos lo que le daba esa atmósfera tan gélida, abisal… tan solitaria. Por eso lo suyo podía ser interpretado como una categoría exótica y aun más inmaterial del dreampop, pero en esencia siempre sobresalía algo más humano y lacerante en su obra. «i dream we are blind» es un fiel reflejo de esa paradoja.

 

3. sun

Everyone Will Eventually Leave You LP, 1995

Como si cerca, muy cerca del fuego lento estuviéramos, flotamos en un surrealista paisaje digno del averno. Esta canción es pura contradicción de la buena: parece que llegamos al borde de una cornisa y abajo todo está ardiendo y marchitándose en pedazos, pero el sosiego de Plaster al cantar nos transmite un poco (solo un poco) de paz, aunque hay algo que lo tortura por dentro y es perceptible en su garganta. Aun así, «sun» exhibe ese excelso equilibrio de los extremos que alcanza soulwhirlingsomewhere en un todo unido.

 

4. I Should Thrown Myself Out of a Train

Pyewackit EP, 1997

Quizás no sea precisamente el título del track (que se repite agobiante y constantemente en la letra) lo que más pena puede ocasionarnos, sino lo que viene después de esa confesión: «It’s not funny, it’s not even sorry».

Algo dentro de ti se va muriendo junto al corazón agrietado de Michael cuando escuchas a todo volumen este frío y melancólico slow-sad core. Tan solo imaginar por lo que estaba pasando cuando compuso esto llega a rajarte el espíritu.

 

5. the great barrier

Hope Was LP, 1998

Y hablando de slowcore… Esta es una de las canciones más «robustas» y «alegres» de soulwhirlingsomewhere (imagínense…). Aquí hay algo que recuerda mucho a los primeros trabajos de Red House Painters editados con la 4AD, ¿no lo creen? Aun con un poco de luz en su estribillo, las sombras no dejan de moverse con esas siluetas extrañas que pasean alrededor (¿serán nuestros demonios internos?), y una vaporosa dosis de languidez va asechando.

Las emociones ciertamente van contenidas gracias a esa instrumentación electroacústica más orgánica, más «viva», pero se sueltan precisamente en el cierre, con esos redobles en el puente de salida que culmina en una agobiada plegaria religiosa.

 

6. the last time i left

Hope Was LP, 1998

El álbum Hope Was es uno de los más íntimos de su catalogo. Se trata sobre no poder dejar ir el pasado, no saber soltar a esa persona que creías que estaría contigo para siempre y de repente no lo está más, a tal punto de que en plena desesperanza y con la angustia entretejida en la piel puedes llegar a preferir no querer seguir de pie. Y «the last time i left» es uno de sus capítulos más conmovedores que exponen este duelo interno. Es el pesimismo después de saberse derrotado por la misma condición que lo ha atormentado una y otra vez, así como la añoranza por un pasado que ya es imposible en el presente lo que apenas le dan fuerza a su voz que se tambalea al susurrar sus penas. Es una balada hermosamente perturbadora.

Will this ever be over? The day that i die i’ll still be trying to sort it all out
To get this all out of my mind, even though that’s the last thing my heart really wants

 

7. in-on

Plase Sennd Help LP, 2001

En esta canción Michael sí pide ayuda terrenal. Aun en el límite del precipicio él tiene una última llama de esperanza que se pandea como la débil flama de una vela a punto de consumirse, resistiendo dentro de ese cuarto oscuro donde el tiempo pasa lento y pesado. Son sus amigos a quienes llama para resistir en su momento de flaqueza. La manera en la que su frágil voz cobra fuerza de quien sabe dónde en ese vigoroso estribillo refleja la exasperación que lo carcome por dentro. Apasionante momento por decir lo menos.

 

8. you’re a book i’ll never finish

Hope Was LP, 1998

Explorando las crueles consecuencias de un romance roto, «you’re a book i’ll never finish» profundiza el suplicio autoprovocado por el hecho de aferrarse a los recuerdos. Su letra personal (como todas, realmente) y esa célica base de instrumentos coloca al oyente en un estado intermedio de conciencia, casi inmaterial para deambular anestesiados en el aire hasta terminar el viaje exhausto, ahí, en un siniestro espacio en el que todo se funde en una implosión de ruido que lo apaga todo.

 

9. i give up. goodbye.

Please Sennd Help LP, 2001

Tan solo hablar de la última confesión en el último trabajo (hasta ahora) de soulwhirlingsomewhere me eriza la piel de una manera aterradora. Basta decir que esta es una de las composiciones más desgarradoras que muchos de ustedes van a escuchar en sus vidas. Muy pocos se han atrevido a excavar tan hondo para tocar el núcleo del sufrimiento humano como Michael lo hizo aquí; y ese cometido dobló completamente su entereza. Aun así, ¿se imaginan utilizar un adolorido suspiro para ninguna otra razón que sacarlo-gritarlo todo en su más trágico poema al dolor? Es como si supiera que ya no tenía nada que perder, mucho menos que ganar. Después de todo, así lo sentencia en su primer verso: «Let’s end this on a better note…», como aceptando su desdichada condición y tratando de hacerle frente con elegancia.

I’ve filled myself with too many things that i thought I could use to fill the holes inside I’ve made, but there is nothing, everything is empty
This world has nothing, this world is nothing

Así fue como escuchamos por última vez una autoría propia de Michael Plaster con soulwhirlingsomewhere (mucho tiempo después surgieron algunos covers y colaboraciones alternas, pero esas son otras historias).

 

 

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