Uno de los álbumes que más están dando de qué hablar en el mainstream es The Overload, la primera firma de larga duración del grupo británico, Yard Act. Y escuchándolo en su totalidad entendemos por qué: la personalidad de estos chicos es algo para tomarse en serio, y sus influencias son unas con las que los fans del britpop noventero y ese espíritu punk eterno podrán acoger naturalmente.

Imaginen que los de Leeds son los hijos de una noche de cervezas entre Blur y Viagra Boys (por mencionar un referente más clásico y uno más reciente, claro). Hay algo de no-wave irreverente y de indie-rock jovial en su estilo. Sus rolas claman la cultura popular y algunas parecen realmente himnos urbanos no solo para cantarse en las discotecas sino para bailarse en las banquetas. Su onda está medio funky

Una de las cosas que flechan en una banda a primera escucha, más allá de sus melodías y su instrumentación es su alma; su vibra. Algo así como su carisma. Y bueno, estos chicos irradian la buena vibra. Con historias folclóricas en líricas llena de modismos nativos, James Smith y compañía parecen estar abrazando a toda una generación que podría, si las estrellas se alinean, adoptarlos como una de sus nuevas bandas insignia. Ya veremos qué pasa con esto en un futuro a mediano plazo. Mientras tanto, sí han dado un salto llamativo con un impulso de pie derecho estos cuates.

 

Covers que son tan buenos como las versiones originales (¿o mejores?): PARTE 3


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