¿Se imaginan a Primal Scream fumándose un porro con The Chemical Brothers mientras Thievery Corporation musicaliza el momento con un DJ set de pura psicodelia? Esa anécdota de noche sería Visions, más o menos. El nuevo disco de estudio de The Cult of Free Love es todo un trance.

Con los ojos cerrados en la oscuridad y dejándote llevar por los sentidos que se exaltan al ritmo de cada beat esta música te somete poco a poco a placer. Las pistas son en su mayoría instrumentales. Las texturas son sedosas y resbaladizas. Los ritmos y esas ardientes guitarras suelen subir la temperatura incesantemente. Los riffs son contundentes, letales. Imposible abstenerse de esta experiencia sónica:

 

Este colectivo se compone por tres elementos humanos, cada uno de un continente en el planeta distinto. Esto explica la extensa gama de ingredientes genéricos para fusionarlo todo en una base electrónica cuya resonancia es difícil de encasillar en una sola palabra, en una sola expresión. Quizá UNKLE y Sonic Boom podrían ayudarnos a comprender esta manifestación de arte; quizás en algunos de sus discos encontraremos algunos de los fundamentos de los que The Cult of Free Love se vale.


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