Una de las bandas británicas que vivieron en carne propia el ascenso de la escena británica a inicios de los 90s pero desde un pedestal más retirado de los más vistosos aparadores, fue Gene. Además, la banda formada en Lóndres no solo fue testigo sino partícipe con aportes importantes desde un nivel, digamos más subterráneo, sobre todo en sus inicios.

Cuando se fundó en 1993 la alineación era un poco distinta a la que posteriormente firmó créditos en sus álbumes. Primero empezaron unos jóvenes Matt James y Dazz Walton con un anteproyecto de nombre The Go Hole, y en el que tenían a un chico llamado Lee Clark como cantante. Al poco tiempo llegaron las mutaciones y con ello el mejor reclutamiento que la banda pudo hacer con Martin Rossiter como frontman, quien llamaba la atención de propios y extraños (y posteriormente a la prensa) por si similitud vocal con Morrissey. Después Walton se fue y llegaron Kevin Miles y los hermanos John y Steve Mason. Y luego surgió el definitivo nombre Gene, con el que grabarían sus primeros singles y firmarían sus grandes contratos discográficos.

Desde que llegó su primer LP (Olympian) la prensa supo que algo importante pasaba con esta fresca propuesta de rock británico. Las reminiscencias claras a The Smiths y The Clash reunían elementos de épocas distintas de la música inglesa en un mismo acto, para adaptarlas a su propia visión: una muy digerible en el rcok-pop pero al mismo tiempo inteligente. Y así, conforme pasaron los años, los EPs y LPs, y surgían otros grandes nombres del britpop que abanderaban una escena emocionante para los amantes de la música proveniente del Reino Unido, esta banda fue acompañando la ola no precisamente desde abajo o atrás, sino al lado, impulsados por la inercia pero marcando su propio camino, uno que recorreremos brevemente a través de las siguientes nueve canciones:

 

1. As Good As It Gets

Revelations LP, 1999

Uno de sus temas más enérgicos y «buena vibra», con ganchos melódicos efectivos también. Para algunos de sus fans en el Reino Unido pertenecientes a la clase obrera pudo haber sido un adecuado himno para acompañar los cambios políticos y sociales que se estaban experimentando en el cierre del siglo XX, principalmente en Inglaterra.

 

2. Tuth, Rest You Head

Olympian LP, 1995

Hablando de energía y ganchos melódicos… Turth, Rest Your Head tiene una de las melodías más afortunadas que Rossiter y compañía crearon. Además, la ejecución instrumental en general es potente, bien sólida, con ese característico rock orgánico a lo british que le dio al grupo su reputación tempranamente en su carrera. Su letra: cruda y sencilla.

 

3. London, Can You Wait

Olympian LP, 1995

Este es otro de los tesoros de su más aclamado álbum, Olympian (y uno de los mejores debuts de la música británica alternativa, dicho sea de paso). Es uno de los episodios más melodramáticos en el catalogo de Gene. Aunque su lírica nos envuelve en una triste historia desde el inicio, la construcción instrumental y melódica va de menos a más hasta culminar con una inesperada explosión en donde todos los miembros se sueltan más, emocionalmente hablando. Es una triste y bella balada rocker.

 

4. Fighting Fit

Drawn to the Deep End LP, 1997

De sus rolas más alternativas y con la que parecían descargar todo ese resentimiento de un periodo en donde el britpop como movimiento artístico-musical generaba ya ciertas dudas, y el rock se veía medianamente amenazado por la música de plástico que cambiaba poco a poco las programaciones en la radio y televisión. Gene se mantenía firme y no desconectaba sus instrumentos, encontrando momentos de próspera creatividad como ocurrió en Fighting Fit.

 

5. Fill Her Up

Revelations LP, 1999

En canciones como Fill Her Up, cuando Martin cantaba con más delicadeza y armonía es que se acercaba más al registro de Morrissey que hacía que los fans de The Smiths (y del Moz solista) se acercaran a esta banda. Lo que más atraía de esto es que nunca sonó presuntuoso, no lo intentaba imitar, vaya, simplemente compartía tonos y dicciones muy similares pero en Gene se vistió con mucha más electricidad para marcar un registro propio.

 

6. Speak to Me Someone

Drawn to the Deep End LP, 1997

Y precisamente para distinguirse de todas las comparaciones que siempre le siguieron, Rossiter dejó interpretaciones íntimas y súper poderosas como en esta, una de sus canciones más emotivas: Speak to Me Someone. Es su balada afligida por excelencia, que nunca hubiera sido lo mismo sin esos desconsolados gritos en el sentimental puente, cerca del final. Espectaculares.

 

7. Does He Have a Name?

Libertine LP, 2001

Cuando llegó el nuevo milenio los ingleses se metieron a su disco más sintético y experimental, Libertine. De repente había canciones abiertamente pop, y otras más disimuladas, pero era evidente el cambio sonoro y las nuevas rutas que algunos de sus miembros estaban tomando. Entre sus fusiones surgieron piezas tan destacadas como esta oscura y atmosférica balada con la que se atrevieron llegar hasta pasados los siete minutos de duración.

 

8. We Could Be Kings

Drawn to the Deep End LP, 1997

Si hubiera que elegir una sola canción que resuma todo el concepto Gene (lírica, instrumental, emocional y melódicamente hablando) sin duda sería We Could Be Kings. No por nada es uno de sus tracks más emblemáticos y querido por los fans. Reúne todos los atributos de la banda en su mejor etapa (antes de sus experimentaciones, claro): fuerza, armonía, inteligentes adornos de cuerdas y una resonancia muy orgánica. La voz de Martin se piropea aparte.

 

9. Olympian

Olympian LP, 1995

Corre con la misma suerte de Speak to Me Someone en cuanto a emotividad pero desde una perspectiva menos melosa, digamos. La canción homónima del mejor álbum de Gene es también una de sus baladas más pegadoras. Su estribillo es sobrio y se prolonga hasta el final en una constante repetición, y una románticamente afligida letra nos seduce de principio a fin.

 

 

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