Imaginen meter en una licuadora los elementos más lúgubres del krautrock, el new wave y el post-punk de finales de los 70s, y una pequeña pizca de mutant disco para darle sabor. Luego aprietan el botón en la máxima potencia y todo ese revoltijo dará vueltas a una gran velocidad al punto de casi explotar. La luz se va de casa y en la oscuridad surgirá un menjurje rojo pardo llamado Liøzn.

Y aunque la banda oriunda de Toluca se define a sí misma como un acto de ciberpunk, nosotros les llamaremos una de las joyas enigmáticas e indescifrables más llamativas del nuevo post-punk, ¿ok? Y es que solo hace falta echarle oreja a su primer disco de estudio, Sellics lanzado hace un par de años, y monitorear sus redes sociales para percatarnos que el grupo mexicano tiene talento de sobra y no procura posar en los aparadores comerciales de la industria. Y su colección de soberbios tracks con los que huelen la linfa en las pistas de baile e invocan repentinamente a la psicodelia nos basta a nosotros para meterla en nuestra celosa sección de recomendaciones.

Hablando de este LP en particular, encontramos que el nombre Sellics surgió del escritor J.R.R. Tolkien, cuando Victor (guitarra y voz) leía en uno de sus libros la frase «Spellic Spell» del poema Beowulf. Su significado en  el inglés de antaño es «wondrous tale», a su vez en español es «cuentos maravillosos», lo que no solo fonética sino literalmente llamó también a Ray (sintetizadores, voz) y Raúl (bajo, coros) para despertar en ellos la idea de engendrar una obra que hiciera alusión a «los susurros en los sueños como pinceladas de espacios y tiempos industriales, nómadas, visiones y regresiones».

Pero ese disco no es todo en el repertorio de Liøzn. Antes hay registro de al menos un EP, llamado Sun’s She Naked de seis sombrías pistas. Al parecer ahí la banda abrió sus puertas para que más amigos músicos participaran provisionalmente en la alineación (ojo con esas sensuales voces femeninas invitadas), dando los que fueron sus primeros pasos en los estudios. Su sonido va en base de sintetizadores y sus percusiones atrayentes en cada golpe. Las voces fantasmales les otorgan cierta cualidad goth, y el psych-fuzz se esconde entre las cuerdas de las guitarras que se distorsionan de lo más lindo en las tinieblas.

No sabemos qué le depare a esta banda en el futuro inmediato. Por ahora parece que están activos con algunas presentaciones y quizás tramando algo en los estudios. Mientras tanto, estos registros que han dejado son suficientes para seguir buscando respuestas en la nigromancia de la noche, con danzas y hechizos que nos mantendrán ocupados con coreografías bajo la luna. El problema es que es adictivo, y con estos flechazos al corazón que resulta cada una de sus canciones nosotros ya no podemos esperar por más y nuevas entregas de Liøzn.

 

 

 

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