Intensidad y oscuridad son palabras que bien podrían definir la música de Rakta, una banda brasileña que la rompería en cualquier lugar y frente a quien sea. Es sangre femenina y el arte de la nigromancia detrás del humo; ecos en las sombras y cantos de furia en la desolación. Es lo que pasa cuando el post-punk se vuelve una bestia en las sombras.

 

Estas chicas ya están girando por el Norte de América (Estados Unidos y Canadá principalmente), y al menos en países de habla hispana comienzan a mencionarles en los rincones más subterráneos para los melómanos. De hecho, llevan más cuatro años lanzando música, con varios EPs y singles editados regularmente. Y el hilo conductor de cada uno de ellos es esa casta punk indomable y la fascinación por los encuentros con los espíritus más voraces.

 

 

Su potencia se dosifica en distintos grados, pero nunca es baja. Van de más a muchísimo más a tal punto que crees que algo podría explotar pronto entre esos instrumentos eléctricos, sucios y viejos. Y la pasión se mezcla con el sudor cuando las luces comienzan a apagarse. Ellas son el nuevo grito salvaje y seductor del post-punk que estabas buscando.

 

 

 

 

 


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