Cocteau Twins, el dolor a contraluz. Una de las bandas más innovadoras y originales de todos los tiempos, con un impacto eterno para la historia de la música. Formado en 1979 en Grageouth, Escocia por Robin Guthrie, Elizabeth Fraser y Will Heggie, que más tarde sería reemplazado por Simon Raymonde, el tío rápidamente sobresalió del ambiente subterráneo por su estilo distintivo que más tarde engendraría un género que influyó (y sigue influyendo) en distintas generaciones de músicos. Si bien sus primeros pasos iban por la senda del Goth, no tardaron en mutar a un Post-Punk de culto para luego instaurar los fundamentos del Dreampop; incluso ya en su recta final incursionaron en la música electrónica y algunas fusiones downtempo, pero el tiempo ya no les alcanzó para seguir experimentando.
A lo largo de su carrera, CT fue capaz de canalizar la aflicción, el drama y el misterio para generar fuentes de luz en transformadas en espirales sonoras. Las capas etéreas de las celestiales guitarras de Robin, el calculado y siempre certero bajo de Simon (o antes el de Heggie) y la sublime voz de Elizabeth -aunado a la combinación de vocablos de distintas lenguas como fonemas indescifrables (creando más bien un lenguaje propio)- son los elementos que contemplan su sello característico, uno de los más originales de la historia.
Lamentablemente, las tragedias de un pasado tormentoso, las confrontaciones, adicciones y la desesperanza sentimental (que se reflejaban en algunas letras de sus canciones) fueron mermando una relación que iba de lo personal (sobre todo en Robin y Liz) a lo profesional, y la banda tuvo que terminar con su travesía en un punto en el que muchos consideran aún tenían mucho que ofrecer. Sin embargo, su legado está a la vista y escucha de todos, con repercusiones incuestionables no solo por la trascendencia de su poderosa obra en la historia, sino también en el alma y corazón de quienes aprendieron a escucharlos y conectarse con su energía mística que parecía devenida de una fuente divina. Y sobre eso les queremos hablarles por acá con algunas de sus mejores composiciones.
¿Nos acompañan?
1. Laughlines
Peppermint Pig EP, 1983
Una de sus rolas más desmesuradas y adictivas. Es de sus pininos y producto de unas sesiones de las cuales no se sienten muy orgullosos que digamos. Como una banda emergente, grabaron estos primeros tracks «con lo que tenían», como dijeron alguna vez, pero eso no impedía que se entendiera la audacia y autenticidad con la que estos chicos ya trabajaban en la oscuridad. «Laughlines» es uno de esos temas «raros» en el repertorio de Cocteau Twins, con una base instrumental minimalista y unos beats tan insistentes que terminan por someternos grotescamente a sus ritmos.
2. Hitherto
Sunburst and Snowblind EP, 1983
Un track que apareció por primera vez en el EP Sunburst and Snowblind y luego fue objeto de pequeñísimas alteraciones en directos y compilaciones. Fue uno de los primeros que la banda grabó como dúo tras la salida de Will Heggie, justo en los días que empezaban a orientarse un poco hacia las fronteras de los dominios del goth que les caracterizó en sus inicios. Si bien aquí todavía sonaban muy oscuros, podemos notar los primeros vestigios de las nuevas pruebas que Robin Guthrie hacía en sus guitarras con el retraso y la reverberación que acompañaban la impresionante voz de Liz, inmersas en texturas más etéreas dentro de un ambiente sepulcral. Es un tema brutal y su impacto a primera escucha es innegable.
3. Pandora (for Cindy)
Treasure LP, 1984
Una del emblemático Treasure. Después de la integración de Simon Raymonde (se estrenó en este disco) y de que Guthrie siguiera construyendo un sonido que poco después se volvería patente, el grupo llegó a un parteaguas en su carrera. Esta es su última escala en la transición, del gótico pasaron por el post-punk y ya estaban creando, sin estar conscientes, el dreampop. Esto es entonces como el origen pero también el desprendimiento de algo, y quizá por eso el álbum se siente tan poderoso y trascendente. Exploraron aquí la melancolía, el drama y el romanticismo como nadie.
«Pandora» es como una luz que se mueve tranquilamente en un cuarto oscuro y vacío, danzando con sus humos etéreos y formando espirales en el aire. Y la voz de Liz es la de un ángel, pasaba por uno de sus mejores momentos; después de esto en la prensa británica la conocerían como La Voz de Dios.
4. Those Eyes, That Mouth
Love’s Eady Tears EP, 1986
Comparado con sus inicios, lo que vino después de Treasure era casi como escuchar a una banda nueva, o al menos camuflada, con más sensibilidad y luz en su obra. Con esta canción exhiben su rostro más dulce para entonces, con unas guitarras que celebraban el amor y el júbilo cual campanas de hielo que resuenan hasta el corazón. ¿Y se dan cuenta cómo seguía evolucionando esa inmaculada voz? Impresionante.
5. The Itchy Glowbo Blow
Blue Bell Knoll LP, 1988
Cerrando los ochentas la paleta de colores de la banda ya era más rica, con más destellos reflejados en sus instrumentos y un sonido cada vez más romántico, y así fueron transformando poco a poco la melancolía en nostalgia. Sin embargo, nunca dejaron de ser una banda que se ha contemplado y entendido mejor en la oscuridad, desde un nivel incluso subterráneo, por eso este hermosísimo track ejemplifica estas premisas con exactitud. Tiene un equilibrio perfecto de emociones, mismo que se refleja en casi toda su duración, hasta que no pueden más y lo sueltan todo en ese conmovedor y fugaz desenlace instrumental.
6. I Wear Your Ring
Heaven or Las Vegas LP, 1990
Es difícil determinar cuál es el mejor disco de Cocteau Twins pero vaya que es fácil saber cuál es el más querido por los fans: Heaven or Las Vegas. Representó un salto importante para la banda que venía de abandonar la label 4AD y una década muy fructífera en su carrera. También dejaron atrás el post-punk de una vez por todas -sin dejar de sonar provocativos en las sombras- y definieron por completo la nueva denominación dreampop. Además, por primera vez Liz empezaba a meter algunas palabras o frases en inglés que con mucha atención podían ser entendibles, y su voz sonaba un poco diferente debido a que en estas sesiones ella se encontraba embarazada, una condición natural y espiritual que definitivamente le dio un eco especial. Pero lo de Simon y Robin fue algo casi sobrenatural, como si su misión con el sonido hubiera sido generar espirales cuánticas a otros universos; así ocurre en «I Wear Your Ring», uno de sus registros más eróticos y mágicos.
7. Summerhead
Four Calendar Café LP, 1993
Ya hemos platicado muy detalladamente del episodio catártico que para los «gemelos» representa Four Calendar Café. Basta decir que fue el punto de quiebre -para bien o para mal- no solo en el grupo sino también en las vidas personales de sus integrantes, cada uno lidiando con sus demonios. Irónicamente, de las luchas internas más tormentosas salió uno de los discos más enternecedores y luminosos de su catalogo, aunque las letras ahí (ahora sí perfectamente entendibles en la mayoría de las canciones) eran las más desgarradoras. La canción «Summerhead» es como un lazo entre el pasado y presente de CT en ese momento: es oscura y ensoñadora, y su atmósfera nos sumerge en uno de los climas más fascinantes de la producción, con una una euforia nostálgica no solo por lo que se está dejando atrás sino también por lo que espera en el futuro.
8. Rilkean Heart
Milk & Kisses LP, 1996
Uno de los trabajos de guitarra más prodigiosos de Guthrie, que enmarañó sus cuerdas con tal delicadeza y contundencia que cada uno de sus acordes remueve no solo las emociones sino también las entrañas de quien sabe escucharlos con atención. En el estribillo se atreven a retar la voz de Liz, compartiendo el protagonismo sonoro simultáneamente de manera magistral. Y qué decir del solo… ese maldito solo que parece enviado de otros cielos, de otro mundo. Bellísimo y tántrico momento en el ocaso de una banda de otros cielos en otro mundo.
With cleaning up my emotional life I’m getting in touch with myself, I’m beginning to ground myself in my own sense of being as an entity. One entity on the planet
9. Tranquil Eye
Violaine EP, 1996
Una de las últimas y más bellas grabaciones de Robin, Simon y Elizabeth, que no estando en las mejores situaciones de convivencia todavía eran capaces de engendrar este tipo de canciones célicas y de repercusiones más espirituales para todo aquél capaz de conectarse con su música. Las bajas temperaturas de «Tranquil Eye» nos remontan a un vacío ártico en el que se infunde un aura de consuelo en el espacio, provocando un tipo de trance como proceso de curación del espíritu.
A final de cuentas, eso representa la música de Cocteau Twins: medicina para el alma. Es amor y purificación eterna.
CATEGORÍAS