Hobbledehoy

2017


Varios años tuvieron que pasar para que el primer álbum de larga duración de Deafcult por fin viera la luz. El paso de esta banda australiana en la escena shoegazer se ha ido acelerando cada vez más. Aún recuerdo como si fuera ayer cuando escuché su primer EP (homónimo) en 2015 y apenas dos años más tarde (eso es muy poco a para una banda nueva) ya le estoy dando play a Auras.

La obra es explicada por la misma banda australiana como un reflejo de lo que son y fueron en el pasado, fusionando ambos polos en una sola manifestación sonora que igualmente rescata viejos ecos de grandes nombres del género como por ejemplo Swervedriver, Moose o The Boo Radleys. Pero no es del todo shoegaze genérico. Tiene sus propios matices y amalgamas vanguardistas incluso; con un producto final de alta manufactura a reflejados en 12 capítulos.

Por otro lado, y quizás desde una perspectiva más filosófica, en una entrevista han descrito al disco, o mejor dicho su título como lo que Club Silencio representa para Mulholland Drive de David Lynch. ¿Qué significa exactamente eso? Al igual que aquél mítico filme, la respuesta varía de acuerdo a varias interpretaciones de distintas teorías. Podríamos decir que el misterio, lo arcano e incluso espiritual rodea esta producción dentro de las secuencias de sueños y recuerdos de lugares y experiencias en éste y otros planos los que forman el todo; jugando un papel protagónico en la trayectoria artística del grupo, así como un momento climático en su existencia.

Y yo a veces me imagino el álbum como la construcción de una casa. Su cimientos son resistentes, la estructura es poderosa y su diseño es agradable a primera vista (¿o primera escucha?), pero son sus «acabados», los lujos que a veces parecen imperceptibles los que traen elegancia a un todo. Por ejemplo, esas pequeñas pausas entre un círculo y otro en «Indigo Children», las pesadas percusiones que te avientan un poco más en «Rubix» o la pandereta incesante en «Here Be Death» son, entre otros, pequeños detalles que visten de gala cada una de esas canciones y les da un valor agregado importante.

Deafcult pisa firme en sus primeros pasos en el camino en el ruido del pop. Sus composiciones son muy digeribles aunque no de tan sencilla digestión, con sus propios riesgos en algunas estructuras más cinemáticas y abismales como «Star Collide» o «Judy». Pero lo más interesante es que encuentran la diversidad como una defensa ante el peligro de caer en lo monótono y se aventuran con una gama más luminosa de dreampop tan frágil como melódico tracks como «Indigo Children», «Echoes» y «Urusai». Sin dejar de mencionar al mejor de todos, el último, «Here Be Death» (resonancia a-la MBV). Esto los destaca como una banda emergente que es capaz de andar seguros en distintas líneas dentro de una misma senda. Y eso no se compra en la tienda de la esquina. Las posibilidades de eso pueden ser infinitas con el paso de los años, la experimentación y la madurez.

Tracklist:

  1. Lemonade Beauty
  2. Secret Wisdom
  3. Summertime
  4. Sparkle
  5. Auras
  6. Indigo Children
  7. Stars Collide
  8. Rubix
  9. Echoes
  10. Judy
  11. Urusai
  12. Here Be Death

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Me suena a: My Bloody ValentineNewmoon, Venera 4