Un trabajo muy equilibrado emocionalmente hablando: sonoramente es templado y puede confundir a primeras escuchas con una falsa sensación de paz, pero en su narrativa exhibe toda una batalla interna, toda la carga espiritual y los sentimientos desbordados en duelo constante, capaz de desencadenar catarsis en las tinieblas de quien lo albergue.
Explorar los rincones más oscuros de la conciencia y su entorno es una de las travesías más constantes que se agudizan mediante el arte. En la música, Ethel Cain lo ha intentado con su más reciente producción discográfica, Perverts, girando un poco más hacia la penumbra en comparación con su gran disco debut de hace unos años atrás.
Esta chica en su formación musical ha pasado por el canto gregoriano, la música cristiana, el folk, el metal, el noise y, ahora, por timbres mucho más ambientales y abstractos del goticismo, encontrándose con algunos restos de las uñas rotas que Chelsea Wolfe dejó abajo cuando una vez escarbó hacia lo más subterráneo de un mundo en llamas. Cuando llega a estos niveles, Ethel explora la sexualidad, la regiliosidad y los espectros perturbadores de la identidad humana, pero casi siempre consintiendo el silencio, manejando matices más tenues en su resonancia.
Estas nueve piezas son sosegadas pero eso no quiere decir que no sean inquietantes. Mucho tiene que ver la lírica tan fuerte, sobre historias de abuso, dolor, soledad y deseo. Al final, Cain busca la aceptación de su condición para salir de las cadenas de la alienación. Las guitarras apenas se perciben, los teclados suenan como un aire fantasmal, los pianos son como pequeñas antorchas de luz que iluminan el camino, mientras su voz cansada y casi derrotada suspira con desconsuelo, dándole el toque más humano a toda esta ecuación sonora.
En este sentido, Perverts es un trabajo muy equilibrado emocionalmente hablando: sonoramente es templado y puede confundir a primeras escuchas con una falsa sensación de paz, pero en su narrativa exhibe toda una batalla interna, toda la carga espiritual y los sentimientos desbordados en duelo constante, capaz de desencadenar catarsis en las tinieblas de quien lo albergue. Es cierto, Ethel Cain está definiendo un estilo propio y quizá no muchos simpatizarán con él, pero lo que busca esta vez no está en las cosmovisiones de otros, sino en la propia.
TRACKLIST:
Perverts
Punish
Housofpsychoticwomn
Vacillator
Onanist
Pulldrone
Etienne
Thatorchia
Amber Waves
Me suena a:
