Un top-ten diferente por cada colaborador en S&V
10. «Wake the Witch» de Attxla
Single
Un fugaz viaje sonoro entre la nostalgia y la ferocidad. Esto es como Alcest haciendo pop o George Clarke (Deafheaven) subiéndose a una pista de baile con las luces apagadas, sobre todo en el cierre, cuando las contagiosas melodías de repente parecen romperse por los desgarradores gritos que suenan brutal.
9. «Too Easy» de Brigitte Calls Me Baby
The Future Is Our Way Out LP
Voy a ser franco: el 80% de los motivos de esta elección se concentran en ese sostén de nota con vibrato sutil que Wes Leavins se avienta en el segundo y tercer estribillo, así como en el puente, y que prolonga de manera conmovedora hasta el final del track (una proeza que ni siquiera él mismo repite en sus directos). Pocas veces un canto me ha pegado más que la instrumentación en una rola, pero lo de este chico -que parece un híbrido de Elvis Presley y Morrissey- es algo realmente especial. Tiene una voz impresionante y el sentimiento con el que la levanta es tal que a este cuate le creo todo lo que entona.
El otro 20% se reparte entre la emotiva melodía y ese estilo ochentero que por alguna extraña razón suena fresco y vigente. En resumen, esta una de las canciones pop más efectivas que escuché este año y uno de los momentos vocales más chingones en la historia del indie.
8. «June» de Kiss Me Black
Single
Uff, qué elegancia la de Francia. El músico parisino Sébastyén D. ya se había metido en mi top-ten de rolas en 2021 con The Funeral Warehouse, y ahora que debuta con su nuevo proyecto Kiss Me Black lo hace de nuevo con el single «June» porque fue uno de los tracks con más clase que escuché este año. Sus melodías agridulces cargan poesía gótica y algo de esa fama literaria romántica francesa, la voz es soberbia e inquietante mientras la instrumentación está perfectamente calculada, con parco brillo que apenas se contempla en la oscuridad. Temazo fino, pues.
Close your eyes, do you remember the nights of golden waves and the sea?
7. «Hum Hum» de Kite
VII LP
Cuatro minutos de escuchar rondar los miedos, la melancolía y también la templanza. Cuatro minutos de desbloquear sueños y aspiraciones, pero también de fortalecer dudas e incertidumbres. Cuatro minutos de un enfoque sonoro paradójico y compulsivo con cierto frenesí controlado.
Pura abstracción de la buena con esta rolita. Pura contradicción adictiva.
6. «Destroyer» de Nicole Marxen
Thorns LP
Nicole Marxen usó todo su desconsuelo y ansiedad para erigir algo verdaderamente monumental. Retomó cenizas y piezas rotas en el camino para activar un proceso catártico con el propósito de tranquilizar sus vísceras. Por eso creo que ella es uno de los relevos más interesantes e imponentes del nuevo post-metal engendrado en las tinieblas, y «Destroyer» es un buen ejemplo del porqué.
5. «In The Modern World» de Fontaines D.C.
Romance LP
Ya se va haciendo costumbre que cuando Fontaines D.C. edita un disco al menos una de sus canciones se mete a mi selección de favoritas del año. Grain Chatten no deja de crecer como compositor y prueba de ello es «In The Modern World», nacida de una experiencia “rara” en una visita de 10 días a Los Ángeles, con el propósito de desconectarse de la rutina y la fama. La chica que menciona en el estribillo, Charlene, es real, fue su compañera de ese viaje y le compartió una sustancia estupefaciente que lo adormeció por completo. En ese estado de trance y desapego se inspiró para crear esta liberadora balada que le hace frente a las ansiedades del mundo moderno, desconectándose de la frivolidad del glamour y la farándula.
4. «To River» de ADORER
Adorer EP
Con discos nuevos de MONO, Hammock, Godspeed You! Black Emperor y God Is An Astronaut en este año es una hazaña que en mis canciones favoritas de post-rock se colara una banda que no se sienta a comer en la misma mesa que esos titanes. Se pone aun más interesante cuando te das cuenta de que ADORER es un grupo nuevo, apenas debutando en este 2024. Además, ni siquiera es especialista en este género, ya que su primer EP consiste en un cúmulo de explosiones de shoegaze muy pesado, pero por ahí se dieron el lujo de meter un cristalino tema instrumental que parece “no encajar” en el tracklist. Y pues nada… que me recordó a un montón de cosas y despertó sentimientos que muchos años atrás generaba el post-rock en mis adentros. Suena clásico, etéreo y súper conmovedor. Chulada de canción.
3. «Rebellion» de Sad Madona
Single
Un escalofriante track con un eco lo-fi adecuado para generar su propio ecosistema de entes postrados a los que después los sintetizadores parecen darles vida como siluetas danzantes. Considerando que la letra aborda el dolor de no poder hablarle con la verdad a un ser querido, esas siluetas sombrías tal vez son fantasmas que aun no saben que lo son, que vienen y se esfuman lentamente sin alcanzar a capturar las palabras que se dirigen a ellos pero se las roba el gélido viento. Touché.
2. «Before We Sink» de Sorry, Dave
Sink LP
Como la calma justo antes de la tempestad. Una melodía que flota en el aire y reconforta, ecos de una quietud idonea para la introspección. Los australianos Sorry, Dave repiten una y otra vez las mismas notas como si fueran un elixir que se bebe incesantemente hasta sanar el alma previo a trascender. Y cuando todo se funde al final en ese ruido celestial se siente como llegar a un climax de armonía interior, encontrando la paz para asimilar lo inevitable. Sublime sensación.
1. «We All Shine On» de MONO
OATH LP
Sin que parezca turbulento o explosivo, este es un track muy apasionante. Me gusta cómo Taka Goto y compañía se toman las cosas con calma, construyendo poco a poco su crescendo monumental que nos va a elevar hacia la deriva, sin más opción que afrontar algo realmente intrigante que nos espera en el borde de un abismo. Lejos de generar una sensación fatalista o de temor, «We All Shine On» nos envuelve en un éxtasis ideal para saltar e ir por ese algo mientras en el entorno los miedos y los anhelos protagonizan una batalla épica, digna del excelso manejo de dualidades que esta banda domina como nadie lo ha hecho en el siglo XXI.
Esta conmoción es lo mínimo que uno debe esperar de MONO cada que surge un nuevo material. Nos han acostumbrado a este tipo de experiencias catárticas por nada menos que 25 años y me emociona mucho pensar en lo que aún tienen que ofrecernos.
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