Cuando irrumpió en la escena a mediados de los ochentas, The Jesus and Mary Chain mezcló de manera indenciaria el ruido distorsionado con las más simples melodías pop, marcando nuevos límites para la escena alternativa. La banda fue formada en Escocia por los hermanos Jim y William Reid, y desde sus primros pasos se caracterizó por una actitiud desafiante con un enfoque sonoro minimalista y oscuro, mismo que ha ido tomando distintos matices a lo largo de las décadas.

Primero lo intentaron con los nombres The Poppy Seeds y The Death of Joey, tratando de mostrarse provocadores desde sus inicios, hasta que mutaron a JAMC (un nombre que al inicio les dio algunos problemas, sobre todo en Estados Unidos) para alcanzar la fama y distinguirse como una agrupación que hizo de la desafinación (deliberada) de sus guitarras, la falta de cuerda en sus bajos y la inclusión de sólo dos tampores en la bataca, las primeras marcas distintivas de su ruido melódico, en lugar de ser limitantes.

Pronto combinaron guitarras abrasivas con efectos etéreos, sentando algunas de las bases del shoegazing. Y aunque más tarde tomaron una dirección más melódica y cercana al alt-rock (danzando de repente con la psicodelia), nunca abandonaron del todo el frenesí sonoro que una vez los colocó en trascendencia a la par de Cocteau Twins y My Bloody Valentine, como se destaca en el documental Beautiful Noise. Por otro lado, por su alineación han pasado muchos talentos en diferentes épocas, cada uno haciendo sus aportes que en cada disco fueron necesarios, tales como Bobby Gillespie (Primal Scream), Douglas Heart, Ben Lurie o John Moore (Revolutionary Corps of Teenage Jesus); sin embargo, con todo y esta constante rotación de componentes humanos, el espíritu del grupo siempre se mantiene bajo el control de los Reid.

De esta manera, con letras que exploran el amor, la desilusión y la decadencia, y una estética que influyó en generaciones de artistas, The Jesus and Mary Chain siguen haciendo más profunda una huella que ya de por sí es imborrable, confirmándose cada vez más como una de las bandas más icónicas e influyentes de su era.

 

1. Darklands

Darklands LP, 1987

La oscuridad melódica y su primera pequeña rienvención del noise de sus orígenes bajo nuevas capas de nostalgia y sentimentalismo. Eso significó Darklands, sin duda uno de sus mejores álbumes, teniendo este single homónimo como uno de sus mejores tracks porque representa el equilibrio perfecto entre el romance y la desolación en una atmósfera oscura. Es una canción de penumbra introspectiva con una poética letra que nos envuelve en un fascinante paisaje que pocas veces volvimos a visitar.

I’m going to the darklands to talk in rhyme with my chaotic soul

 

2. Between Planets

Automatic LP, 1989

Del disco Automatic seguramente todos pensamos en «Head On» de primera, pero «Between Planets» tiene una vibración muy similar y, para algunos (aquí nosotros), un toque melódico aun más atractivo. La resonancia industrial y súper ochentera en la banda se acentúo tal vez como nunca en este álbum, sobre todo en sus percusiones. Luego, esas guitarras -ya no tan chirriantes pero sí súper electrizantes- le venían muy bien a la fórmula, pues eran como un ancla que no dejaba que el sonido se alejara de su mood alt-rock.

Una rola excitante, con arrebato que en la oscuridad nos impulsa constantemente hacia adelante.

 

3. Teenage Lust

Honey’s Dead LP, 1992

A inicios de los años noventa, JAMC comenzaron a adoptar un sonido más orgánico, aunque en Honey’s Dead las distorsiones seguían dominando con una intensidad aún más contundente. Las voces de Jim y William Reid alcanzaron su mejor momento, mostrando una madurez vocal que complementaba perfectamente su habilidad lírica, la cual permanecía en su punto más alto. Todo esto se desarrollaba dentro de estructuras instrumentales que, aunque más minimalistas, mantenían la esencia del noise-rock y el shoegazing. Entre los temas más destacados de esta etapa, «Teenage Lust» brilla como un claro ejemplo de su evolución sonora y creativa.

 

4. You Have Been A Friend

Stoned & Detrhoned LP, 1994

Su sonido más «frágil» está en Stoned & Detrhoned, pero no lo decimos como algo negativo, sino porque fue cuando más acústicos y menos ruidosos se volvieron los Reid. No es que no hayan usado las cuerdas de nylon antes, pero aquí ya eran protagonistas o al menos estaban al mismo nivel de las guitarras eléctricas. Y qué decir de las baterías, que a veces parecían como desenchufadas y golpeadas suavemente con unas brochas. Inclinándose más por el folk y el indie rock, sus voces se escucharon más naturales y directas que nunca, y fue también cuando registraron su mayor cantidad de tracks para un álbum (17), además de que firmaron gran parte de las baladas más conmovedoras de su repertorio, como «You Have Been A Friend», una canción de estilo clásico y muy conmovedora.

 

5. Snakedriver

Hate Rock N’ Roll EP, 1995

Para la película El Cuervo grabaron «Snakedriver», incluida en un EP que lanzaron a mediados de los noventas. Fue como revisitar el Honey’s Dead pero con un sonido mucho más estridente, crudo y desfigurado. Solo hay que escuchar el cierre, es tal vez la cosa más estruendosa y corrosiva que los escoceses grabaron desde sus primeros pasos en la música. Suenan desquiciados y en pleno éxtasis.

 

6. Virtually Unreal

Munki LP, 1998

De Munki debemos destacar ese espíritu combativo y alternativo que rejuveneció a JAMC, a tal grado de empujarlos fuera de sus límites, inventando cosas nuevas con el ruido, la psicodelia, los sampleos y la electrónica de manera audaz. Es una producción especial porque suena rockera pero experimental, así como madura y rebelde al mismo tiempo. Jalaron de todos los polos y, aunque en algunos momentos parecían desbordarse por los excesos, supieron más o menos mantener un equilibrio de manera constante.

«Virtually Unreal» fue un verdadero agasajo en todos los sentidos pero se mantiene congruente; es un track oscuro, ácido, incómodo y hasta bailable. Después de esto se tomaron un descanso (riña entre hermanos de por medio) de nada menos que 19 años.

 

7. Mood Rider

Damage and Joy LP, 2017

Y se limaron las asperezas. Casi dos décadas después de los insultos, los golpes, las demandas y de la ley del hielo entre ambos, Jim y William por fin se reencontraron en el estudio después de darse sus respectivos apapachos, y se reconectaron con sus trabajos noventeros. De hecho, cuando lanzaron el LP Damage and Joy se sintió como un salto casi natural después de Munki, aunque poco menos revolucionados y con más ataduras. «Mood Rider» lo ejemplifica muy bien:

 

8. Chemical Animal

Glasgow Eyes LP, 2024

Un regreso a la oscuridad mediante un recorrido que hace escalas constantes en el pasado y el futuro de la banda. «Chemical Animal» suena espectacular y mística en una atmósfera que no se había explorado mucho, y de inmediato pareció mostrar una senda nueva, más electrónica y dramática para el grupo escocés. Es una de las mejores rolas dentro del Glasgow Eyes, si no es que la mejor.

 

9. Taste of Cindy

Psychocandy LP, 1985

Pop, ruido y dulzura. «Taste of Cindy» es la canción de amor más simple de JAMC y aun así es de lo más oscuro y estruendoso en todo su repertorio. Esta es la dualidad sonora con la que estos chicos abrieron una nueva liga en la escena a mediados de los ochentas. Estaban haciendo shoegazing antes que los grandes iconos del shoegazing, y lo más loco es que ni siquiera sabían lo que era eso. Aglomeraron los fundamentos del noisepop antes de que el noisepop fuera tendencia en el underground, y así iniciaron con Psycochandy una de las mejores historias que una banda ha escrito para la música alternativa.