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Un spoken word misericordioso con mística religiosa que exploran la fe, la ira, el dolor, el amor, la rabia, el sexo y la alabanza. Una letanía con siete salmos donde los sentimientos de Nick Cave se regodean en súplicas e invocaciones hacia un Dios bajo las instrumentaciones brillantes de un conocido músico incidental llamado, Warren Ellis.   

¿Qué sería de la tragedia humana sin el sufrimiento enajenado hacia un consuelo divino para mediar con esa línea a la que llamamos duelo?

Si hablamos de los trabajos de nuestro enigmático poeta australiano, podemos observar la gran madurez que por sus años han transcurrido, así como también de los funestos días de los cuales se ha confrontado hacia la vida; nada más habría que recordar la muerte de su hijo Arthur Cave en 2015 y la misma tragedia que lo embargó como padre recientemente, cuando falleció otro de sus hijos, Jethro Lazenby (aunque esto ocurrió después de haber terminado este disco). Cave hace replantearnos la fragilidad del hombre hacia un horizonte cruel de lo minúsculo y mundano que parecemos ante una imagen divina; y si a esto le planteamos una fe cristiana, aquella a la que Nietzsche criticaba y por la cual pongo en palabras, propicia a sufrir humillación y, por ende, supone ante todo que la sumisión del espíritu es infinitamente dolorosa. Encontremos, quizás, el consuelo en esa entrega divina en donde Nick compone una meditación bajo un álbum bastante entregado, fiel.

Seven Psalms muestra, en escasos minutos, tracks con una singularidad que anteriormente ya se venían dando en álbumes pasados como Ghosteen (2019) y Carnage (2021), en los que su poética lírica y reflexiva (a manera de un ligero spoken word) nos hizo estremecernos con cada escucha a los melodramas de historias que se compadecen en sus sentimientos más honestos, en una exploración bastante madura y humana de un hombre que ha sabido superarse ante las tragedias y la añoranza de la vida. Quizás esa fe, esperanza y lucha, han sabido corresponderle bastante bien a nuestro mítico poeta. En sus propias palabras:

«Mientras estaba encerrado, escribí una serie de salmos o pequeñas canciones sagradas, una al día durante una semana. Los siete salmos se presentan como una meditación larga. —sobre la fe, la rabia, el amor, el dolor, la misericordia, el sexo y la alabanza. Una ofrenda de velada contemplativa nacida de un tiempo incierto.”

El álbum abre de manera suave y un recinto celestial emana pequeños albores de luz. Sin embargo, la agonía latente hace que Cave recite en «How Long Have I Waited» frases como: “How long have I waited for your touch, forever burning, Lord, I cannot wait a single moment more”.

La instrumentación magistral con la que Warren Ellis interpreta de manera onírica va abriendo paso a cada una de las composiciones con las que el papel del gospel, inclusive la atmósfera ambient y los escenarios de espacialidad reverberante establecen un estado de ánimo ceremonioso, y que no se despegan uno del otro para reforzar la noción de que Cave. Es honesto con los que nos quiere decir, y es libre de ello.

Las oraciones siguen en cada discurso hablado, ejemplo en «I Have Wandered All My Unending Days», en la que el cantautor entona un pasaje desolado, cansado y de clemencia hacia el señor con las siguientes líneas: «And though I have nothing but this prayer, That all will be revealed by and by, I pray someday my Lord you will appear, And lead me to your mansion in the sky”.

Lo mismo pasa en «I Have Trembled My Way Deep», que es un tramo contemplativo acuchillado ocasionalmente con la amenaza única de Cave; un consuelo reflexivo donde expresa un arrepentimiento…«I have stood at the threshold of your wonder, Bid me enter, Lord, allow me to unfold».

En «I Come Alone and to You» la interpretación musical y lírica son sublimes. Él se se siente frágil, débil, buscando solo la esperanza de estar con aquel Dios que da cabida al perdón: «I have nowhere left to go but to you, Lord, Breathless, but to you». En este track de cierre pasamos a un estado de somnolencia, a un viaje de doce minutos donde se estremecen los más puros sentidos, una petite mort que nos lleva al encuentro celestial en la que Nick Cave y Warren Ellis nos encaminan hacia la luz. 

Sobre Seven Psalms decimos que los discursos son el tema principal: el hecho de que sea musicalizado, instrumentado, suena en gran medida incidental. Nick es un narrador mucho más confiable esta vez, abandonando su manía e hilaridad de sus trabajos anteriores en favor de la solemnidad y la sobriedad. Tenemos la sensación de que este es un compositor vulnerable, humano, pronunciando líneas en forma de plegarias, dejando de lado ese personaje desenfrenado con mirada de locura y vida de rockstar. Las formas de las canciones se han vuelto progresivamente más abiertas y los arreglos instrumentales más suaves, difusos, mientras que el tema es abiertamente preocupado por cuestiones de amor y muerte: un encuentro con lo religioso en una manera compasiva consigo mismo y quizás con Dios, una gracia eterna. 

TRACKLIST:
    1. How Long Have I Waited?
    2. Hace Mercy On Me
    3. I Have Trembled My Way Deep
    4. I Have Wandered All My Unending Days
    5. Splendour, Glorious Splendour
    6. Such Things Should Never Happen
    7. I Come Alone and To You

Me suena a:

Harold Budd

Brian Eno

Damon Albarn


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