The Shrubs es una banda de psych-rock/pop proveniente de Texas, cuyo estilo sereno pero igualmente alucinante atrapa fácilmente a esos melómanos ávidos de música caleidoscópica y melódica que pegue en el corazón pero también que estimule la actividad cerebral. Y con su nuevo álbum, Drone estos dos cuates logran el cometido.

Este es un decálogo de inteligentes secuencias excéntricas y capaces de producir escalofríos que inician en el tímpano y terminan en las neuronas; va seduciendo poco a poco con baterías tenues dinámicas (en algunos puntos como «Interrupção Dos Sentidos» y «Felt» con aires jazzísticos, y en otros como la homónima y «Horses at the Gate» más cercanas al krautrock) y guitarras atmosféricas que acompañan esa voz flotante. Las líneas de bajo son bulliciosas más nunca inquietantes: empujan con la potencia necesaria para que aquello no pase por música tan frágil como pareciera a primera escucha. Sí, es que en algunos capítulos podríamos etiquetarla como más música pop de garaje, de corte vintage, extraída de los sesentas («Is This All There Is?» y «Nothing to Show» los mejores ejemplares).

Sin duda este es un grupo accesible para todo aquél oyente que quiera iniciarse en la psicodelia en sus modalidades indie-rock, pop y rock suave. Dar el primer paso con este grupo nos pondrá más adelante que con muchas otras elecciones, de eso estemos seguros. Y les diremos algo: nos sentiremos en otra época; mucho tiempo pasaremos perdidos en los 60s y en los 70s, pero sin correr riesgo algunos en los trayectos, por el contrario, vamos a sentirnos seguros con mucha luz por delante y una delicadísima instrumentación que nos hace flotar en nubes girantes.

Esto es cosa de imaginar a los Tame Impala en la época de Lonerism sumergiéndose en el submarino amarillo de The Beatles. O algo así.

 

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