Perfume – V – Pavement
Era 1992 y Pavement no pudo zafarse de la ola shoegazer que pasaba por uno de sus momentos más intensos. Por eso, presentándose a la crítica como una banda independiente del movimiento indie, en su primer álbum Slanted and Enchanted fue casi natural que se soltaran las greñas con los pedales y el fuzz a todo lo que da. El resultado no estuvo nada mal:
Short Wave – The Brian Jonestown Massacre
Otra banda que en su primer disco externó el ruido de sus venas sin saber que no pasaría mucho tiempo para que se volviera toda una referencia obligada para la psicodelia. The Brian Jonestown Massacre grabaron «Short Wave» como medio inspirados por Sonic Youth pero también por otros actos más sucios del noise como Swirlies o Swervedriver, ¿no les parece?
Texturas – Soda Stereo
No, no eran Ride. No se confundan, fueron los mismísimos Soda Stereo; y es que en su indomable álbum Dynamo sacaron a flote el shoegaze que Cerait llevaba dentro y que luego matizaría en líneas más dreampop adelante, en sus proyectos solitarios inmediatos.
Ni Una Vez Más – Los 7 Deflines
Otros argentinos que se contagiaron del reverb y el ruido melódico en los inicios de los 90s. Era casi imposible resistirse a ese sonido hecho sentimiento. Aunque no lo hicieron ni una vez más, al menos aquí Los 7 Delfines demostraron que podían hacerlo.
Christine – The House of Love
No hay mucho que decir acerca de este temazo, no porque no lo amerita sino porque pocas expresiones le harán honor a su increíble y soberbio sonido. Basta decir que The House of Love, a pesar de haber alcanzados otros puntos muy altos (y lo siguen haciendo) en su carrera, nunca lograron un nivel como en el de su primer LP, lleno de perlas de canciones como este tesoro con vigencia eterna.
Let Me In – R.E.M.
Un buen agasajo de distorsionadas cuerdas se dieron los de Georgia no solo en «Let Me In» sino en general en su álbum Monster de 1994 (en unos capítulos con más intensidad que en otros, claro). Ese Peter Buck se escucha como todo un sensei del ruido, ¿a poco no?
Like A Daydream – Trentemøller
No solo el título de la rola sino toda su textura e instrumentación nos remonta al shoegaze noventero de tintes etéreos. El músico danés, con la ayuda de Lizbet Fritze alcanzó un nivel célico en este registro, muy del estilo de Slowdive y The Stargazer Lilies, por mencionar un par de referentes de dos generaciones distintas.
[Amor & Reverb] Cuando bandas que no son shoegazers incursionaron brevemente en el Shoegaze
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