Chris Porpora acaba de revivir su proyecto solista Cheval Sombre poco más de ocho años después de su último registro. Y lo hizo con la ayuda de Sonic Boom, ni más ni menos, quien produjo su disco Time Waits for No One que acaba de ver la luz hace unos días. Britta Philips también colabora con su voz y luego Gillian Rivers hace lo suyo con las cuerdas metálicas y de nylon.
Lo que Chris plasmó en esta obra es, atinadamente, la «otra cara» de la realidad humana ante la pandemia y el confinamiento. Es decir, frente al caos y la incertidumbre el planeta también se dio un respiro y la naturaleza vive con calma después de estar casi asfixiada. Ahora se pueden contemplar las nuevas aguas limpias, los atardeceres más coloridos, la fauna que se creía extinta. Para eso podría servir este disco, para sonorizar esos armoniosos momentos. Es el soundtrack casi perfecto para darle melodía a esta hermosa realidad que antes de la hecatombe parecía alterna:
Sutil psicodelia, moderado reverb y atmósferas casi surrealistas detrás de una voz ecoica son elementos que moldean la propuesta sonora que podría pasar por minimalista melódicamente hablando. Hipnosis y sanación espiritual, amigos. Es lo que Porpora trata consigo mismo y nos invita a todos a la terapia mientras escuchamos.
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