Dune Messiah, cuyo nombre está inspirado en la novela de ciencia ficción de Frank Herbert, es la nueva banda danesa que todo entusiasta del post-punk debería estar escuchando, si no desde el año pasado que lanzó su primer EP (homónimo), sí desde ahora que su refinadísimo LP debut, The Iron Oak ha visto la luz.
El proyecto liderado por Magnus Westergaard (cuya alineación en vivo y en algunas sesiones se complementa con Victor Nuno, Jonathan Hjorth y Daniel Christensen) bebe del vino exprimido del más oscuro neo-folk contemporáneo de cuerdas filosas y atmósferas góticas, con mucha clase y poca luz. Y estos 11 tracks se unen precisamente por ese patrón. Y son al oído como un diamante a la vista.
Temas como el enérgico y carismático «Alive» o el ligero «What You’ve Become» son buenos anfitrionas del disco y abren paso para alcanzar uno de sus puntos más álgidos, «This Far», que cuenta con un círculo de guitarra simplemente magistral que debe escucharse en un viaje por una solitaria carretera de noche (como su letra lo sugiere). Y qué decir de sus murmullos eléctricos que acompañan el estribillo instrumental, también expuestos con categoría.
El primer guiño de experimentación lo encontramos en «In My Arms» que es una soberbia demostración de lo que sucede con el neofolk cuando toma esteroides, y una voz que se siente mesurada y luego grita vigorosa en un punto clave del track. Inmediatamente, como sucesora perfecta llega «Featherless Crature» que va de prisa tanto en guitarra como en beat, dándole un poco de optimismo al ambiente con el que parecen combatir momentos dolorosos a través de las cuerdas de nylon. Otro atributo mayor de este álbum se encuentra en «Our Little Game» que, aunque sencilla en instrumentación y digerible a primera escucha, es un manifiesto importante de que Westergaard y compañía saben ser accesibles y hasta románticos en su cadencia. Este es, sin duda, el tema más luminoso de la producción; como perfecto para tomarle la mano a tu novia vampira y caminar juntos hacia la caída del sol.
Otro de los temas experimentales es «We Vanish» que parece contar tres historias musicales y rítmicas distintas, súper bien cohesionadas; y el que probablemente sea el mejor registro vocal de Magnus en todo el disco. Y ya cerca del final, la balada emocional por excelencia, «The Fall», que muestra la cara de la derrota con gentileza e incluso le da un poco (solo un poco) de color a la depresión. Frases maestras como «I chose a path to walk alone, I will wear nothing but my bones» lo dicen todo hasta que llega su bello y prolongado cierre con ese trémolo a lo lejos que parece ir y venir, despacio, balanceándose tímidamente entre las teclas del piano. Sublime.
Y cualquiera que reproduzca The Iron Oak deberá reconocer que Dune Messiah es una de las bandas más elegantes que han salido en los últimos años. Ellos le dan una nueva presentación al post-punk, menos compleja pero más pulcra; y de repente parece que el neofolk se toca en un solitario (dark) cabaret en donde los muebles brillan de limpios. Y entre vino tinto y rosas rojas sobre la mesa, parecen idealizar entre frases poéticas y cuerdas enmarañadas un cielo ojival con una penumbra discreta.
Tracklist:
- Alive
- What You’ve Become
- This Far
- In My Arms
- Featherless Creature
- Our Little Game
- We Vanish
- At the Borders of Malice
- Buried in the Sand
- The Fall
- The Joys of Spring
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Me suena a: Black Tape for a Blue Girl, Death in June, And Also the Trees