Bad Seed Ltd, 2016


Sólo aquellos que han perdido a un hijo sabrán lo que sintió Nick Cave cuando todo le estalló por sus cuatro costados, al enterarse que uno de sus gemelos, Arthur (de 15 años) había fallecido en un accidente ocasionado por el abuso de las drogas. Eso ocurrió apenas el pasado año, en julio, y parece que el duelo jamás terminará. No queremos ni pensar lo que en todo este año ha pasado por la mente del cantautor australiano; las conclusiones a las que ha llegado una y otra vez tras darle mil vueltas al asunto.

La vida es frágil y las almas atormentadas tendrán que cobrar fuerza para agarrarse de ella sin romperla. En el intento, Cave buscó el apoyo de The Bad Seeds para trascender en el proceso y con traje de gala, una rosa roja en la mesa y las lágrimas cayendo sobre su vaso de vino parece contarnos cómo es que sigue hacia adelante, fortaleciéndose cada vez más.

Así llega Skeleton Tree (con todo y documental), compuesto por 10 títulos en un tracklist que transcurre como veneno lento, con pequeñas dosis de antídoto en la atmósfera. Sus atributos líricos son los típicos de poesía devenida del infierno. Pero no hablo de un infierno que arde y quema las gargantas penitentes que no cesan en gritar, sino uno más bien que te acoge y entiende, y te revela los verdaderos significados de tus pecados detrás de una profunda reflexión; un infierno que más bien es cálido, con anfitriones extraños pero no muy diferentes a uno mismo. Instrumental y melódicamente hablando, estas majestuosas piezas bañadas de elegancia y cierta oscuridad vivificante son odas a la fragilidad interpretativa, al corazón desquebrajado haciendo equipo con un cerebro frío y calculador.

Cada canción es como una pequeña vela que lucha por mantenerse encendida en un cuarto vacío sin entradas de luz. «Jesus Alone» (video) (con una poderosísima letra) da origen a la vida ahí dentro, pero también abre la telaraña de dudas y dilemas existenciales en planos terrenales y de la que a lo largo de la producción buscaremos salir con Nick, con calma y sin desesperación. Así, atravesamos el humo y con frío seguimos el camino casi a ciegas, desde la hechizante «Rings of Saturn», la esperanzadoramente lastimosa «Girl in Amber», la que nos quiere demostrar que el silencio también es música «Magneto», la sucia y rojiza «Antrhocene», la desgarradora «I Need You» y la sedosa «Distant Sky» (con la colaboración de la soprano Else Torp), hasta la emotiva «Skeleton Tree». Todas como tragedias bellas que de la pesadumbre saben brindarnos la cura ante la maldad y la perversión del mundo.

Es por eso que me atreveré a hacer una aseveración arriesgada, quizás muy anticipada y motivada por las sensaciones que deja la experiencia el Skeleton Tree en sus primeras escuchas, pero que quizás con el paso del tiempo cobre cada vez más sentido: este es el álbum por el que Nick Cave podría ser recordado por siempre. No importa qué tan grandes y legendarias sean sus obras del pasado en cualquier punto de su carrera, este nivel de honestidad brutal y madurez emocional no lo habíamos presenciado antes. Y su voz… Su voz es otra, la de un hombre diferente pero también la de un artista diferente que se destruye y reconstruye con el paso de los años y a partir del dolor: un artista ponderado y más desarrollado, de espíritu inquebrantable porque quizás en él no queda nada más que romper.

Tracklist:

  1. Jesus Alone
  2. Rings of Staurn
  3. Girl in Amber
  4. Magneto
  5. Anthrocene
  6. I Need You
  7. Distant Sky (con Else Trop)
  8. Skeleton Tree

Me suena a: And Also the Trees, Tom Waits, David Bowie