Rocket Recordings, 2012


En el norte de Suecia, en un pequeño pueblo desconocido de no más de 500 mil habitantes, ha surgido uno de los acontecimientos más brillantes que le pudieron haber ocurrido a la música en este año 2012: Goat.

 

Pero, por favor, antes de continuar pongan atención a esta pequeña historia:

 

La leyenda ha contado durante siglos que los habitantes del pueblo de Korpolombo estuvieron dedicados a la adoración y las prácticas del vudú. Esta extraña y aparentemente improbable actividad fue introducida en la zona, por lo visto, tras el viaje de un brujo y un puñado de sus discípulos que llegaron a Korpolombo siguiendo un código numérico oculto dentro de sus más sagradas y antiguas escrituras. La razón que les llevó ahí es desconocida, pero su influencia vudú rápidamente se instaló en todo el pueblo y por eso lo hicieron su hogar, donde pudieron practicar su oficio y pasar desapercibidos durante varios siglos.

 

¿Y todo eso es verdad? Por supuesto que no pero qué interesante se escucha, ¿cierto? De hecho el verdadero nombre del pueblo es Korpilombo (con ‘i’) y la historia es una que la banda se ha inventado para darle más sentido a su oscuro y místerioso experimento musical; un concepto enriquecido visualmente en sus miembros con disfraces y máscaras satánicas, ofreciendo en sus presentaciones en vivo una obra casi teatral con una excelente caracterización. Así que estamos hablando de un trabajo de marketing muy original y que genera altísimas expectativas –ni mencionar el morbo- que, de antemano, les aseguramos que las han cumplido de sobremanera por su propio mérito en lo musical, que a final de cuentas es lo más importante.

 

Con su disco debut titulado World Music, la Goat (“cabra” en inglés) logra evocar sonoramente cada rincón del planeta en una fusión de grandes legados culturales que ninguna otra banda de «rock» ha podido llevar a cabo en la actualidad. Tomando en cuenta que ellos mismos se definen como unos “viajeros por naturaleza”, su hogar por mucho tiempo fue el mundo y entonces se puede comprender mucho mejor esta mágica conexión.

 

Está claro que debe haber una base, es decir, un género predominante que sostiene a todos los demás, sin embargo en ese sentido también encontramos varios rubros como el denominado krautrock, el afrobeat y, sobre todos, el rock psicodélico identificado principalmente en sus guitarras que llegan a ser el mayor referente; ejemplo de ello su tema inicial (“Diarabi”).

 

La odisea es más bien como un ritual sadomaso. Más que canciones encontraremos invocaciones a oscuras fuerzas; más que cantos escucharemos alabanzas a demonios en una lengua desconocida (o inventada, mejor dicho) en la que entenderemos muy pocas palabras pero que nos trasladarán a las selvas más inhóspitas y salvajes de África (como en “Goatman”, por ejemplo). Habrá momentos densos y bizarros, también con ritmos tropicales y latinos como una experiencia espiritual en la que se hacen conjuros bajo un cielo negro y relampagueante (“Golden Dawn”); y también habrá momentos más gentiles, optimistas, que llegan a ser bailables como una danza alrededor del calor del fuego bajo la lluvia (“Let It Bleed”); así como tiempos de fiesta en carnavales alucinógenos con destino parcial al corazón del Amazonas que terminan con una sesión de meditación en pleno Mar Mediterráneo (“Goathead”). Luego batucadas en medio de un funkadelic con fuzz acompañados de gritos eróticos, y después atmósferas fantasmagóricas creando un caleidoscopio sonoro que somete a ser miembro de una tribu de caníbales que bien podrían devorarnos lentamente (“Run To Your Mama” y “Det Som Aldrig Fórándas/ Diarabi”); y hasta episodios de sutil neo-folk, casi acústico, en donde se escuchan plegarias a los dioses más ocultos y olvidados (en “Goatlord”).

 

No, los integrantes de Goat no son chamanes ni brujos, tampoco pertenecen a ninguna secta ni nada por el estilo. Son simples mortales de carne y hueso que pretenden llegar a la inmortalidad entregando una obra musical que, además de romper paradigmas, promete ser recordada por siempre. Y vamos, si creen que tempranamente se rompe el encanto en toda su fantástica y terrorífica historia debido a su falsedad, recuerden que en algún momento de nuestras vidas hemos creído en cosas mucho más burdas como pasajes religiosos absurdos, políticos fraudulentos, profecías infundadas y héroes ficticios, que todas nos invitan a pensar que, después de todo, la brujería negra dentro del misticismo que rodea a Goat no suena tan mal.

 

Es cierto que jamás la magia vudú había sido tan seductora como ahora. Es verdad que nunca antes la psicodelia había sonado de esta manera.

 

Tracklist

1 – Diarabi
2 – Goatman
3 – Goathead
4 – Disco Fever
5 – Golden Dawn
6 – Let It Bleed
7 – Run To Your Mama
8 – Goatlord
9 – Det som aldrig forandras Diarabi

 

Me suena a: Jimi Hendrix, Dungen, Witch