Bellissima Records

2020


Nick Marsh, el flamante frontman de Flesh for Lulu y Gigantic, y posteriormente miembro de Urban Voodoo Machine dejó este mundo en el año 2015, después de perder la batalla contra el cáncer. Fue una pena que el músico y cantautor británico hubiera dejado hasta ese entonces un solo registro discográfico en solitario, Universe Between Us (2010) que, por cierto, entre los fans fue catalogado como un clásico inmediato en ese listado de joyas sin reflectores. Y eso ameritaba un título sucesor.

Lo que pocos sabían después de su muerte es que Marsh estuvo años antes trabajando en esa continuación del debut solista, casi en silencio, encerrado y sin mucha prisa que digamos. Pero eso tuvo que parar cuando su enfermedad se agudizó. Sin embargo, buena parte del material quedó ahí guardado, en manos de su gente cercana,incluida su esposa Katharine Blake (Miranda Sex Garden) quien también casi en secreto se dio a la tarea recientemente de culminarlo, abrazando con cuidado lo que Nick había dejado incompleto, respetando su esencia y cosmovisión. Y sus aportes de finalización del proyecto se vieron plasmados tanto en tareas de instrumentación y voz como en las de producción y mezcla.

Fue así que a inicios de este año se hizo oficial que el disco de título Waltzing Bones estaba en las últimas de su proceso; y también se adelantó que en todas las canciones participarían muchísimos colegas y amigos de Nick, como David Ryder Prangley (Rachel Stamp), Ray Hanson (Thee Hypnotics), Nick Reynolds (Alabama 3), Paul-Ronney Angel (The Urban Voodoo Machine), Jim Jones (The Jim Jones Review and Thee Hypnotics), Clifford Slapper (Bowie Songs One) y Charlie Cawood (Mediaeval Baebes), entre otros. Bueno, hasta su hija Rosa de 11 años se involucraría de alguna u otra manera, y a ella la podemos ver en el videoclip del single «Crazy Eyes» que avanzaba tempranamente el lanzamiento en su etapa de promoción.

Entonces un par de meses después de su anuncio se publicó el LP, el segundo disco en la trayectoria solitaria del ex Flesh for Lulu y su primer LP póstumo. Y con ello hoy nos damos cuenta en qué andaba en los últimos años de su vida: inmerso en el blues, el jazz, el rock clásico, las botellas de vino vacías, los atardeceres sobrios y uno que otro cenicero sucio. Sin duda sus influencias artísticas eran más bastas, propias de su edad, y se conducía con mesura y tranquilidad no solo sonora sino también líricamente hablando. Estaba en paz y ávido de fino arte.

Canciones como «Last Train to Wherever», nostálgica y melancólica, también alentadora para dejarlo todo atrás, o «Temptation» que es más sombría y melodramática, ambas son ejemplo de las nuevas texturas y tonos que estaba experimentando. La instrumentación (decíamos que perfeccionada por Katharine Blake) es pulcra y riquísima no solo en estas sino en todas las pistas. «Gotta Run» tiene una cadencia pegadiza y sus cuerdas de nylon puntean esos coros detrás que la dan profundidad al tema que avanza a un ritmo optimista, mientras que «The Day It Rained Forever» se viste de gala con su brillante piano y esos sutiles requintos que apenas se escuchan (como las voces femeninas allá lejos). «The Shiny Void» instrumental, y el track que da nombre al disco se guardan ambas para el final, una con mandolinas y otra con arpas como protagonistas, respectivamente.

Pero hay algo que nunca cambió desde el primer momento en que Nick se encontró un micrófono enfrente hasta estas, las últimas grabaciones de su existencia: esa soberbia, genuina e inconfundible voz, una de las mejores que se hayan escuchado en la escena alternativa en los últimos años y que seguía envejeciendo de la mejor manera, como los vinos. Salud por esa garganta.

Al final, el álbum culmina como una celebración a la vida y muerte de Nick Marsh, en la que participaron todos sus amigos y familiares al revestir el trabajo que había dejado incompleto, y que ya de por sí parecía ser bueno, pero que ahora conocemos todos bajo las premisas de finura y perfección, instrumental y sonoramente hablando. Waltzing Bones es íntimo y público de igual manera; si se piensa como un trabajo autocomplaciente para quienes conformaban el círculo de amor y confianza de Marsh y también si se entiende como una revelación a sus fans de lo que su artista predilecto estaba preparando para ellos en secreto. Debemos agradecer que hayan decidido sacarlo a la luz, hubiera sido una pena dejarlo en la oscuridad. Deleitarnos con esta refinada obra es algo que agradecemos y nos merecíamos todos: los fans, sus amigos/familiares pero, sobre todo, el propio Nick.

Gracias por mantenerse auténtico y con clase hasta el final, maestro.

Tracklist:

  1. Masquerade
  2. Gotta Run
  3. Last Train to Wherever
  4. Somma Ma Friends
  5. Temptation
  6. The Day It Rained Forever
  7. Crazy Eyes
  8. Lady Garden of Earthly Delights
  9. The Shiny Void
  10. Waltzing Bones

Me suena a: Mark Lanegan, Richard Hawley, David Bowie