ATP, 2013


En el rubro, llamémosle, «electrónico-experimental» este 2013 ha tenido muy buenos lanzamientos de artistas como Boards of Canada, Blondes, Tricky, Moderat o el mismo David Lynch, por mencionar algunos que han mantenido a la crítica bastante ocupada recientemente. Incluso Daft Punk, aunque éste se debe más a las incontables menciones que tuvo previo al lanzamiento de su esperado disco. Pero, ¿se habla igual sobre Fuck Buttons, acaso? Debería ser así. Y debería hablarse de ellos tantas veces como sea necesario.

 

El tercer y nuevo álbum de los de Bristol fue publicado tan sólo unas semanas atrás y me tomó unas semanas más para poder asimilarlo debidamente en su totalidad. Son siete tracks de larga duración, que juntos regalan casi una hora de vibrantes secuencias bien hipnotizantes. Slow Focus es el primer álbum autoproducido por Andrew Hung y Benjamin J. Power, por lo que no me cabe la menor duda que su sonido tenebroso y sucio, fue a propósito. Su clara influencia hip-hop con ritmos bailables electrónicos logran cautivarte entre zumbido y zumbido, mientras el entorno de sus texturas se van volviendo cada vez más agresivas.

 

Comienza siendo monótono –por llamarle de alguna manera- con los temas “Brainfreeze” y “Year of the Dog”, aun así, hay cierto misticismo en cada nota que atrapa tu atención en espera de que algo sorprendente suceda, y aunque los patrones no cambian, es eso, por más incongruente que parezca, lo que te hace no perder la concentración. El primer sencillo “The Red Wing” y “Sentients” son ácidas y fluidas, poco ortodoxas y alienígenas (disculpe usted esta última expresión); altamente espectrales y resplandecientes.

 

Lo temible se guarda para “Prince’s Prize” y “Stalker”, las canciones dominantes con más trance, con una arquitectura tensa en estructura pero extrañamente relajante en su contemplación. Éstas son ejemplos perfectos de que en la música no todo lo repetitivo es malo, siempre y cuando se logre matizar cada instante sonoro con adecuados y finos arreglos y una excelente manipulación en la intensidad. Prueba de ello también la final “Hidden XS”, como una canción de cuna que suena dentro de una estación espacial, a punto de explotar y manteniéndose al límite de la salvación. La forma perfecta de decir adiós.

 

Antes de escuchar Slow Focus me preguntaba a mí mismo si podría superar a su antecesor Tarot Sport, para muchos la mejor obra de Fuck Buttons; ahora que lo he hecho sólo puedo estar seguro de una cosa: sin juzgar si es mejor o no, es claro que sus niveles de experimentación y expansión son más altos. Es difícil anticipar un final en cada tema; las fronteras entre uno y otro son lejanas pero alcanzadas con una excelente cohesión que hacen de este disco uno igual de seductor de principio a fin.

 

Entre chispazos, furiosos rechinidos, toques eléctricos, guerra de sintetizadores y percusiones metálicas retumbándote en el pecho, han surgido melodías poco amigables que buscan enajenar tu mente. Densidad, anhelo y oscuridad de forma constante. Una extraña y cautivadora joya en sus propios términos.

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Tracklist

  1. Brainfreeze
  2. The Year of the Dog
  3. The Red Wing
  4. Sentients
  5. Prince’s Prize
  6. Stalker
  7. HIdden XS

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Me suena a: Deadmau5, Laurent Garnier, Dirty Beaches

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