Merge, 2017


Dan Bejar es todo un estuche de monerías. Y sus mejores dotes salen más a la luz con su proyecto Destroyer. Comenzando por su muy particular timbre de voz que parece atravesar justo ahora por un punto excelso de madurez, pasando por su genio lírico de otro mundo y terminando con su exótica (para no decir rara, pues) y neo clásica instrumentación que siempre, no importa qué época sea, va un paso adelante de todo lo que has escuchado en el (indie) pop antes.

 

Es por eso que con ken no deberíamos esperar una obra ordinaria. Tampoco un paso en falso ni un retroceso artístico. No con Bejar, uno de los pocos artistas que puede presumir una cuesta arriba constante e ininterrumpida en su desarrollo como músico desde hace más de 20 años. Y ciertamente no es que este álbum sea algo cercano a su máxima obra maestra, Your Blues (2004), pero con su dinamismo y atrevimiento va por ahí. También se asemeja en su exótica instrumentación. Pero quizás en resonancia está más emparentado con Kaputt (2011). Es su siguiente paso, mejor dicho. Y es que en la electrónica del pop que dejó los ochentas y los sintetizadores de algunas pistas de baile perdidas pudo encontrar el camino que lo lleva, por breves pasajes, a rincones oscuros donde sus guitarras se distorsionan un poco, dando guiños al post-punk y al dreampop. Pero la intención es avanzar bajo el fulgor y crear desde acústicas cuerdas y un teclado barato algo realmente sofisticado.

 

A veces me imagino todo este álbum hecho a partir de un cuarto blanco, vacío, con Bejar parado en medio y de la nada comienza a dar forma a fantásticas figuras melódicas que lo van decorando todo. Y como si se tratara de un evento que se da de manera casi natural, parece en un inicio (o a primera escucha) que hay muchos errores notables reflejados en la falta de sincronía en lo que a ritmos de percusiones y demás instrumentos se refiere. Pero claro que no es así. Sabemos que Destroyer ama jugar con eso; ama salirse de las normas establecidas para crear nuevas y excéntricas reglas de composición. Quizás no estamos hablando una extravagancia al estilo de Ariel Pink o Foxygen con sus respectivos disparates melódicos, pero sí de un artista estrafalario en su propio estilo y que desde un nivel más complejo reinventa técnicas y se aventura con ellas en cada disco que lanza.

 

Destroyer abraza en ken la elegancia y la perversidad. Creo que es uno de esos álbumes cuya proyección en nuestra alma dependerá mucho del momento o mood en el que lo escuchemos. Cuenta con un vaivén interesante de emociones. Y de extraña manera también exhibe a un Dan Bejar maduro pero aun con esas ganas de experimentar o, mejor dicho, de divertirse al momento de componer. Y de eso se trata, ¿no? Esto debería ser un hobbie si no es que un juego para cada artista, en el que lo dejen todo en total desnudez e inocencia: sus miedos, sueños, anhelos e influencias. Porque entre estas canciones acústicas, industriales, oscuras, luminosas, ochenteras y minimalistas puedes entender que detrás de su mente fría, calculadora y virtuosa para el arte, también hay un corazón cálido que lo mueve todo para alimentarse de diversos encantos en el mundo y en el tiempo.

 

 

Tracklist:

  1. Sky’s Grey
  2. In the Morning
  3. Tinseltown Swimming in Blood
  4. Cover from the Sun
  5. Saw You at the Hospital
  6. A Light Travels Down the Catwalk
  7. Rome
  8. Sometimes in the World
  9. Ivory Coast
  10. Stay Lost
  11. La Regle de Jeu

 

 

 

Me suena a: The Flaming LipsPerfume Genuis, Broken Social Scene