Haber lanzado un álbum póstumo (14 de julio de 2017) casi exactamente un año después de su muerte (16 de julio de 2016) y que haya resultado tan bueno, nos hace ver más la partida de Alan Vega como una nueva presentación en el campo artístico; como ser cómplices del acto de rebobinar su carrera musical a aquellos primeros días con Suicide. De hecho, es probable que para muchos, IT sea una de sus obras más interesantes desde entonces.
Lo anterior no es una declaración menor tomando en cuenta que es el motorista fantasma de quien estamos hablando. Y claro, es totalmente entendible que quien desconozca su trabajo (en otras palabras: alguien que nació ayer o estuvo en estado de coma durante los últimos 40 años) este nuevo álbum le pueda parecer extraño. Sin embargo, los que lo siguieron de cerca sabrán que el resultado no podía ser otro si estamos conscientes de que estas eran las últimas composiciones de su vida, como él lo sabía. Recurrió entonces a viejas artimañas de instrumentación pero con una percepción sonora y rítmica aun más desquiciada, más retadora, como no teniendo ya mucho que probar y prácticamente nada que perder.
Minimalismo, resonancia industrial, psicodelia y ruido constante por delante y al lado de esa voz que casi grita apasionadamente en cada letra. Lo de Alan ciertamente no se podría considerar un canto del todo, más bien como manifestaciones de alaridos o declamaciones a partir de las vísceras pero guardándose un poco en el cerebro que le da claridad a sus ideas, esas que de repente se vuelven críticas políticas y sociales (críticas muy peculiares, eso sí).
Es bueno saber ahora que el señor aún lo sentía antes de fallecer; que su garganta seguía ardiendo y su mente seguía divagando en otros planos más bizarre que los nuestros mundanos. La realidad no fue más que un estado mental para él. Lo es en IT. Alan Vega parece lanzarse a un precipicio hacia lo desconocido en cada uno de estos nueve tracks, audaz y pendenciero como siempre, sin miedo a absolutamente nada (ni siquiera a estropearlo todo). Y con sintetizadores que chirrían y más instrumentos torturados, parece levantar muertos y hacerlos danzar con sus propios espíritus entre los miedos de una noche eléctrica.
Tracklist:
- DTM
- Dukes God Bar
- Vision
- IT
- Screamin Jesus
- Motorcycle Explodes
- Prayer
- Prophecy
- Stars
Me suena a: Suicide, Martin Rev, Black Wing
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