Columbia, 2017


Hace muchos discos y más años atrás que Arcade Fire dejaron de ser aquella banda realmente alternativa de indie rock (en toda su extensión de la expresión) que explotó de la nada al inicio del nuevo milenio, proyectando chispas por todo el mundo. Sobre todo en su soberbio EP homónimo del 2002 (conocido también como Us Kids Know) y el LP Funeral de 2004 (uno de los debuts más chulos de todos los tiempos). Años después, en Neon Bible (2007) se percibió algo así como un declive pero al menos conservaron su espíritu que parecía inquebrantable (parecía…).

 

Entonces podríamos decir que el principio del cambio (por no decir del fin) se reflejó en 2010 con The Suburbs que, aunque líricamente es de lo más inteligente y categórico que la banda canadiense ha hecho en su carrera, presentó la primera fusión rock/pop en su existencia, con tracks que te incitaban a tocar una guitarra de aire e inmediatamente después a bailar en una pista de baile con los pasos más cursis de tu repertorio. Pensemos en ese disco como la transición, vaya. Y en Reflektor (2013) como la confirmación. Y en medio de ambos se cruzó el Grammy que les fue otorgado, lo que les hizo desconectarse con su misma realidad. Era un hecho ya que AF no eran los mismos y dejaron de codearse con bandas como Broken Social Scene, The Dears o Arctic Monkeys para comenzar a partir de aquí a tomarse de la mano con Phoenix o Florence Welch, por decirlo de alguna manera.

 

Pero ahora con Everything Now, su nuevo disco en 2017 sí que se volaron la barda en ese sentido. Y no es que esté yo para criticar los procesos «evolutivos» y de experimentación de cada artista, pero es obvio que esta banda ha perdido esa maravillosa esencia de sus primeros pasos con la que cautivó a tantos melómanos de oídos más educados. Pero algo me dice que los Butler y compañía se han propuesto mantenerse, a cualquier costo, en las preferencias juveniles de una nueva generación; y esto significa que deben crear las obras más amigables para la televisión y las radio emisoras, o bien cualquier otro espacio para una audiencia menos exigente. Porque es un hecho que este tracklist funciona perfecto para ello.

 

Estos temas son veleidosos y cuentan con lagunas emotivas que son suplidas con desplantes de optimismo demasiado obvios o forzados. ¿Les ha pasado que conocen a alguien que todo el tiempo les sonríe exageradamente y le mira el lado positivo a absolutamente todo, perdiendo así su propio equilibro y generando un aislamiento de la realidad? Pues así se siente este álbum. Es tan pero tan «buena onda» y «súper cool» que llega a cansar. No se siente genuino y nadie en el mundo cae bien así. Y musicalmente hablando, esos guiños excesivos a ABBA y New Kids on the Block son… lamentables.

 

Ahora bien, por otro lado es curioso también cómo si a algunas (solo a algunas) de estas canciones te las imaginas con un timbre más orgánico e inteligente en su cadencia (quizás cambiando ritmos) puedes concluir que no todo está perdido. Me refiero por ejemplo a episodios como «Infinite Content», «We Don’t Deserve Love» o «Everything Now (continued)». Evidentemente la banda se ha descarrilado de su propósito sonoro original pero la virtud en varios de sus componentes humanos es innegable. Digamos que dentro del pop desechable estos nuevos Arcade Fire son lo menos malo que te encontrarías. Y quizás para algunos pubertos o adolescentes son quienes les llevarán a dar ese siguiente (aunque pequeño) paso a búsquedas musicales más profundas.

 

Maldigo aquél 13 de febrero del 2011 en que decidieron darle a Arcade Fire el Grammy al mejor álbum del año 2010 (The Suburbs). Ahí los perdimos. Y ellos perdieron el suelo y desconocieron sus propias raíces: su perspectiva artística tan pura y romántica con la que emergieron alguna vez. Como a un político que tentado por la fama y el poder deja en su camino trozos de dignidad y olvida su verdadero propósito en la sociedad, esta banda se ha traicionado a sí misma en la búsqueda de su éxito comercial a como dé lugar. Y algo triste también es que nos ha traicionado a varios de sus primeros (y de verdad me refiero a sus primeros) seguidores que de una u otra forma contribuimos para que se llenaran de metal redondo sus bolsillos. Quizás después del 2010 y hasta ahora, ninguna retribución en forma de arte hemos recibido de ellos. Y siguiendo por este camino parece que lo mejor es que nos olvidemos de una buena vez de ello.

 

 

Tracklist:

  1. Everything_Now (continued)
  2. Everything Now
  3. Signs of Life
  4. Creature Comfort
  5. Peter Pant
  6. Chemistry
  7. Infnite Content
  8. Infinite_Content
  9. Electric Blue
  10. Good God Damn
  11. Put Your Money On Me
  12. We Don’t Deserve Love
  13. Everything Now (continued)

 

 

 

Me suena a: Phoenix, Alt-J, Passion Pit


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