Columbia, 2013


Una de las exportaciones artísticas más valiosas que, bien se podría decir, le debemos a los países nórdicos, es sin duda esta agrupación danesa que peldaño a peldaño ha sabido construir una buena reputación, igual o incluso mejor a la de cualquier banda que se precie de ser indie en estos días, y como resultado se han hecho de una sólida y creciente base de fans alrededor del mundo.

Esto no es de sorprender si tomamos en cuenta sus casi 20 años de carrera y ocho discos de estudio, aunque no fue sino hasta el 2003 que se posicionaron en el radar internacional con su disco Zitilites, año en el que los escuché por primera vez con el single “Rocket Brothers“. A partir de ahí ha sido un camino sin retorno para mí y esta banda, lo que me llevó a verlos en vivo en Guadalajara en el 2011, actuación con algunos pormenores ajenos a su control pero que en nada demeritaron la disposición y actitud de la banda con el publico, tanto así que agendaron fecha de regreso tan solo meses después (muy a mi pesar ya no pude asistir).

Ahora Kashmir está presentando su mas reciente LP titulado E.A.R. en donde la primer sorpresa es un cambio estético en su sonido; atrás quedaron las canciones lideradas por riffs meticulosamente elaborados y las capas gélidas de sonido provenientes de guitarras distorsionadas, dando ahora la bienvenida a pasajes atmosféricos y melodías casi aritméticas producidas por sintes y secuenciadores. Pero no se alarmen, que de haber sorpresas, las hay, son de las buenas.

Como decía, esta renovación no supone un distanciamiento radical en su estilo, ya que sus elementos característicos aún prevalecen como los temas acústicos magistralmente adornados, el minimalismo de la sección rítmica, las eficientes y oportunas intervenciones del bajo, y su marca registrada: la singular y envolvente voz de Kasper Eistrup.

“Seraphina“, primer sencillo del disco, retoma un poco la tradición de la oda a las musas griegas de discos previos, y aunque la música es más bien alegre, la temática es algo oscura, no obstante aquí Kashmir pisa terreno seguro. “Piece of the Sun“ es un delicado y apacible tema acústico que quizá surgió en una soleada mañana de primavera. En “Milk for the Black Hearted“ escuchamos a Kasper interpretando en un registro de voz grave al que no nos tenía acostumbrados, pero este recurso le va perfecto a la canción y su temática llena de desencanto. El track #9, titulado “This Love, This Love“ es otra magnifica balada con Eistrup soltando los hilos de su voz pero ahora con un toque de esperanza. Finalmente vuelven las guitarras difusas y las capas de sonido en “Foe to a Friend“, casual.

Del otro lado de la moneda están los temas en donde más exploraron los límites de su sonido; en «E.A.R.“ cual si fuera pugna popular suenan estas siglas en las voces de algún coro infantil, lo que no hace sino intrigarnos acerca de su significado. “Purple Heart“ debo decirlo, me recordó un poco a Arcade Fire de la mejor manera posible; este tema se devela a sí mismo, una de las gratas sorpresas del álbum. Por su parte “Pedestals“ y “Trench“ nos dan una muestra de cómo interpretan la psicodelia. Ahora sí, audífonos en su sitio y a dejarse llevar.

Tal parece que Kashmir lo consiguió de nuevo. Un álbum redondo, con elementos innovadores que aportan frescura y versatilidad a su sonido, todo esto sin hacerlos perder el norte y navegar a la deriva en la búsqueda de originalidad. Discos como estos se agradecen en tiempos de escepticismo musical.

Tracklist:

1. Blood Beech
2. Piece Of The Sun
3. Peace In The Heart
4. Seraphina
5. Milk For The Black Hearted
6. Trench
7. Purple Heart
8. Pedestals
9. This Love, ThisLove
10. Foe To Friend
11. E.A.R
12. Peace In Our Time

Me suena a: Mew, TV on the Radio, Arcade Fire

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=aHGdoKxsKkQ]