Temporary Residence, 2014


Seguimos con la segunda parte de la doble propuesta musical de MONO: Rays of Darkness. Después de experimentar esa tenue luminosidad y la fragilidad brutal de The Last Dawn, ahora sigue apagar la última vela de la habitación y enmarañarse con la oscuridad de la noche en líneas sonoras más pesadas y viscerales.

Reseña: «Rays of Darkness» de MONO

Dejando el alba atrás, las sombras de las tinieblas comienzan a danzar en uno de los intros más prometedores en la carrera de MONO con “Recoil, Ignite” generando no altas, sino altísimas expectativas en una creciente tenebrosidad muy al estilo de “The Flames Beyond the Cold Mountain” (You Are There, 2006). No pasan muchos minutos para que la violencia se apodere de la sangre a medio hervir, retumben las agresivas baterías y los ensordecedores riffs eléctricos se enloden con poderosas líneas de bajo que, al prolongarse, irremediablemente nos harán recordar los primeros pasos que dio la banda en la música a principios de los 00’s. La vehemencia y ferocidad puestas sobre la mesa tal y como nos los advirtieron meses atrás.

 

Una vez que entras y logras salir vivo del primero de estos cuatro tracks, ya no hay forma de escapar, por buena o mala que sea la noticia. Así que “Surrender”, igual de densa en estructura, propone que nos relajemos un poco; no por nada es la canción más “perezosa” del álbum y no lo digo sólo por su sosegado ritmo y baja intensidad, sino también por la poca creatividad en su composición, valiéndose de no más de cuatro acordes que se repiten una y otra vez sin presentar ningún cambio significativo en su construcción. Esa espera por que algo realmente trascendental suceda llega a cansar más, lamentablemente.

 

Lo que viene a continuación es la mayor sorpresa (o debería escribir: SORPRESA) no del álbum, sino de la historia de MONO: vocales. O gritos abrasivos, mejor dicho. “The Hand That Holds The Truth” inicia como cualquier típica pieza de la banda con arpegios delicados y atmósferas de calma y serenidad, sin embargo el silencio se apodera del trance por unos segundos y es ahí donde los nipones deciden exhibir de una vez por todas sus influencias y fascinaciones por el black metal (que siempre se percibían en todos sus discos muy sutilmente, pero jamás como ocurre aquí) para llegar a sonorizar la segunda parte del track con furiosos cantos entre arrebatos salvajes eléctricos de un caos melódico. Esto desde luego satisface a muchos fans pero seguramente también decepciona a otros. No quisiera entrar en polémica pero, si me preguntan, les diría que sólo espero que esto no vuelva a ocurrir en los trabajos futuros de la banda.

 

Al final, todo queda a cargo de “The Last Rays” que no es nada más que puro y efectivo ruido ambiental; distorsiones y experimentación sin melodía. Este tipo de tracks no tienen sentido y eso es precisamente lo que les da razón a su existencia: lo atractivo de lo absurdo.

 

En el intento por exponer musicalmente la doctrina de la dualidad entre los encantos que se pueden encontrar en el resplandor y en las tinieblas, MONO presume su punto más alto en los vuelos de la luz. Aunque en Rays of Darkness quiso seducir desde los senderos más tenebrosos posibles, irónicamente ha llegado a sonar mucho más potente y despiadado en otros episodios de su carrera sin siquiera haberlo intentando, es decir, de forma natural o sin premeditación (que es mejor). Por otro lado, la melancólica belleza de sus composiciones son nostálgicamente más refinadas cuando su aura alcanza colores brillantes dentro de la oscuridad, como ocurre en The Last Dawn.

.

Reseña: «Rays of Darkness» de MONO

.

Tracklist:

  1. Recoil, Ignite
  2. Surrender
  3. The Hand That Holds The Truth
  4. The Last Rays

.

https://www.youtube.com/watch?v=LZ7YYwES8k4

.

Me suena a: Pelican, Alcest, The Evpatoria Report