Algo hay con el folk en la historia (desde su presentación en la escena alternativa con la ola «songrwiter») que lo vuelve uno de los géneros más reveladores y honestos a través de sus valientes compositores. En efecto, también el cantautor debe serlo; no cualquiera tiene el talento y el carisma necesarios para exponerse casi desnudo instrumentalmente hablando frente al escucha, muchas veces sin nada más que una guitarra, en resonancia orgánica y una fragilidad interpretativa de la que debe valerse para trascender.
Ciertamente Leslie Feist no se había mostrado como una de las máximas exponentes de este rubro en el pasado reciente, sin embargo tampoco quedaba fuera de las conversaciones cuando de nuevos referentes generacionales se hablaba en este milenio. Pero con Pleasure, su nuevo álbum de estudio algo de esto seguro cambiará. Y no es para menos; tenemos una revolución total en su propuesta musical que la lleva a una escala mayor en una etapa mucho más madura en su carrera.
Primero, debo decirles que sin duda este es su obra más compleja, por mucho. Y la más inteligente instrumental y líricamente hablando. Lo paradójico (parte de su complejidad) de esto es que a pesar de haber decidido optar por una resonancia mucho más natural, más humana digamos, cuenta con episodios de digna experimentación. De hecho, en algunos de estos momentos estuvo a punto de estropearlo en aras de querer sorprender y alejarse lo más posible de la palabra «ortodoxo» en cuanto a secuencias melódicas se refiere, pero algo siempre la mantuvo ahí, en la frontera de la seguridad y el buen gusto.
Canciones como su single progresivo «Pleasure», la balada de garage «Get not High, Get No Low», la desértica «Any Party», la oscura «Century» (con la colaboración de Jarvis Cocker) o la emocional «Young Up» -por mencionar solo algunas- dan a Feist no solo una nueva perspectiva, quizás única, de cómo el folk podría sonar en una nueva era (o próxima década).
Este es un disco que se percibe vanguardista para el folk; crea nuevas pautas y podría marcarle un paso distinto en su evolución. Además, se siente íntimo, muy personal. Y por ende, honesto. Feist se aleja por momentos de sus referentes más cercanos como Sharon Van Etten o Cat Power y fortalece su propio estilo, con su peculiar genio lírico e interpretativo. Y por ello le agradecemos.
Tracklist:
- Pleasure
- I Wish I Didn’t Miss You
- Get Not High,Get Not Low
- Lost Dreams
- Any Party
- A Man Is Not His Song
- The Wind
- Century
- Baby Be Simple
- I’m Not Running Away
- Young Up
Me suena a: Cat Power, Sharon Van Etten, Torres
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