Todavía recuerdo la vez que escuché el álbum PREfection de Cass McCombs por primera vez por allá del 2005. Estaba buscando indie rock diferente, que no siguiera tendencias ni buscara comodidad; y ahí lo encontré todo. Además, su resonancia oscura, casi sucia o de baja fidelidad me hacía por momentos imaginarme que no era un disco de esa época, sino de varias décadas atrás y que había quedado por ahí guardado entre el polvo en una vieja cochera. Mucho tiempo ha pasado desde entonces y desde luego que muchas cosas han cambiado con este músico norteamericano.
Después de seis álbumes es fácil comprender por qué su sonido, incluso su cosmovisión artística no es la misma. Quizás se debe a que eso que en algún tiempo atrás sonó «diferente» o «novedoso» con su éxito luego llegó a ser tendencia o cliché, y cuando eso ocurre lo mejor es salir corriendo de ahí. CM lo ha entendido en cada disco que ha lanzado con los años y Mangy Love lo vuelve a demostrar. Su nueva propuesta aquí es muchísimo más limpia, más rica instrumentalmente hablando y de términos poperos inteligentes.
Por ahí, en una de sus canciones («Cry») canta «No more clichés songs» y eso fue lo que realizó. El rango de géneros fusionados y de composición lírica lo hace súper versátil así como uno de los más complejos de su catalogo. En temas iniciales como «Bum Bum Bum», «Rancid Girl», «Opposite House» o «Medusa’s Outhouse» parece rozar la melancolía y esa simpleza de indie pop convencional con finos arreglos, como cuando escuchas al reciente Eeels o a los primeros Mojave 3; sin embargo conforme avanza la producción nos encontramos con episodios más abultados y dinámicos como «Run Sister Run», «In A Chinese Alley»o «Switch» de sutiles (muy sutiles) tintes bossanova, mucho de blues y más de pop sedoso, como si fueran testigos de un encuentro casual entre Dan Bejar (Destroyer) y Beck.
Pero nunca, jamás se olviden de «It» ni «I’m a Shoe». Las dejo con mención especial simplemente porque son canciones especiales, fuera de la línea regular del álbum. Reflexivas y surrealistas hasta cierto punto, con ganchos melódicos moderados (para no abusar en ese sentido) y mucha atmósfera. Preciosas.
Es así como Mangy Love se compone por una interesante gama de influencias y reinvenciones con un par de nuevas patentes que Cass McCombs bien ha sabido construir. Para él podría resultar como un extraño espejo cuyo reflejo exhibe a un artista totalmente distinto al que era hace más de 10 años. La madurez de la experiencia, de haberlo experimentado casi todo y de rescatar hábilmente los viejos trucos que más valen la pena en la música para impregnarles una marca muy personal es todo junto lo que le ha retorcido el colmillo. Además, como un punto más a su favor reconoció que la ayuda exterior de colegas no viene nada mal, y se mostró generoso al compartir su espacio dentro de sus ideas con aristas que aportaron invaluables colaboraciones a la obra, tales como Angel Olsen, Kurt Heasley (Lilys), Blake Mills y Joe Russo.
Tracklist:
- Bum Bum Bum
- Rancid Girl
- Laughter Is The Best Medicine
- Opposite House
- Medusa’s Outhouse
- Low Flyin Bird
- Cry
- Run Sister Run
- In A Chinese Alley
- It
- Switch
- I’m A Shoe
Me suena a: Beck, Destroyer, Eels
CATEGORÍAS