Deathwish, 2016


Carson Cox, una de las voces más preponderantes de la actual escena (post) punk ha dejado de lado momentáneamente a su banda principal, Merchandise, con quien acaba de lanzar no mucho tiempo atrás uno de sus mejores trabajos en After the End (2014). ¿La razón? Liderar a Death Index, banda que formó con su colega Marco Rapisarda, hacia la autodestrucción por medio de un sonido titánico que podría despertar a alguien en estado de coma.

Mentiría si les dijera que en su LP debut, DI suena como nada conocido antes. Pero sí podría decir sin temor a equivocarme que no son muchos los que juegan tan sucia y bruscamente en su instrumentación para darle forma a sus melodías que parecen emanar de pensamientos insanos. Esos pocos nombres que se me vienen a la mente ahora son Iceage y Perfect Pussy (quizás los nuevos Girls Names… quizás), bandas que por cierto tienen ya un par de años en silencio (al menos Elias Bender-Rønnenfelt formó Marching Church), así que Cox cae como anillo al dedo para esos fans sedientos de un punzante noise-punk que les dé bofetadas al ritmo de sus acelerados beats.

Este álbum debut, homónimo, tiene también matices sonoros bien interesantes que se salen de la línea obstinada de un sólo género musical. Es decir, quizás voy demasiado lejos pero estoy casi seguro que el track inicial, «Fast Money Kill» está inspirado en el shoegaze más ebrio y rasposo que Carson y Marco han escuchado; y por otro lado «Fup» (video) me recuerda a los moods más alternativos de las bandas noventeras norteamericanas, pero con unas paredes de ruido bien densas que le brindan una excelente armadura que no la deja salirse a coquetear con ninguna otra etiqueta musical. Y ni hablar de las más industriales «Lost Bodies» y «JFK» que evocan a los primeros Editors o los más serenos Have A Nice Life.

Por otro lado, «Dream Machine» y «Little ‘N Pretty» (video) son pura energía de inmundo rock, mientras que «The Meal» y «Patto con Dio» (las que a primera escucha parecerán infinitamente superiores a los demás tracks) proponen la misma agresividad y fuerza de ejecución pero con más inteligencia y complejidad en sus secuencias. La última incluso tiene un cierre experimental/instrumental interesante. Es decir, para todo nivel de exigencia hay entregas groseras, recibidas quizás a la fuerza, de golpe en un inicio, pero posteriormente agradecidas por haber sacudido la cabeza y estimulado el tímpano.

Death Index está en un plan autoritario con música descortés para las radio emisoras y la televisión. Al diablo con ésas. Es lo que piensa Carson seguramente. Si Iceage, Eagulls o Perfect Pussy lo están haciendo, incluso si él comenzaba a hacerlo con Merchandise al principio de su carrera, ¿por qué no intentar perfeccionar este ruido e ir más allá? Al cabo él sabe que el punk es uno de los géneros más resistentes que hay; lo puedes doblar, ablandar, acelerar o sacudir, puedes incluso tratar de bajarle las revoluciones, pero jamás se romperá ni se transformará, mucho menos se silenciará. Habrá un momento impredecible en que te consumirá y no tendrás más remedio que dejarte llevar por la adrenalina como le ha pasado a Cox.

Tracklist: 

  1. Fast Money Kill
  2. Dream Machine
  3. The Meal
  4. Fuori Controllo
  5. Fup
  6. Little ‘N Pretty
  7. Lost Bodies
  8. We’e Got A Number
  9. JFK
  10. Patto con Dio