Después de un hiato de poco más de 19 años, peleas y reconciliaciones entre los hermanos Jim y Wiliam Reid, reunión en los escenarios y coqueteos constantes a los estudios de grabación, hace unos días por fin vio la luz el nuevo álbum de estudio de The Jesus and Mary Chain para continuar con un nuevo capítulo una historia que habían dejado inconclusa en 1998.
Quizás para algunos -si no es que todos- los nuevos fans de la banda que han apuntado a ella recientemente motivados por un importante revival de ese shoegaze/noise pop que impulsó alguna vez el Pyscochandy, esperaban con Damage and Joy un regreso discográfico que evocara a aquél álbum y su característico ruido. Sin embargo, para los fans más longevos y quienes estuvieron siguiendo a los escoceses en cada paso de su trayectoria sabían que ese fue un apartado que cerraron hace mucho tiempo, y diferentes aventuras se vivieron a partir de los 90’s dentro de otros rubros sonoros en los que también se desenvolvieron con mucha gracia. Así que si había que esperar algo después de tanto tiempo de silencio, era precisamente que retomaran las cosas justo donde las dejaron. Y así ha sido.
De hecho, a estas 14 canciones las podemos segmentar en tres grupos: las que parecen (ojo: parecen) pertenecer a las sesiones del disco Honey’s Dead de 1992 (1), el Stoned & Dethroned del ’94 (2) y el Munki del ’98 (3). En el grupo 1 tenemos pocas, «Presidici (Et. Chapaquiditch)», «Get Home» y «Facing Up to the Facts», pero bien orientadas a esos días en los que los hermanos Reid se apoyaban en sus resolutivas cajas de ritmos e intentaban quitarse poco a poco el «polvo» sonoro de sus trabajos ochenteros. El grupo 2 es más extenso con «War On Peace», «Always Sad» (de hecho aquí se fusilaron sus propios riffs de «Sometimes Always»), «Song for a Secret», «Los Feliz (Blues and Greens)» y «Black and Bkues», emulando cada vez una de las mejores etapas en su carrera con las cuerdas de nylon como protagonistas en una instrumentación mucho más orgánica y limpia, con baladas melosas en general. Y el grupo 3 se compone por «Amputation», «All Things Pass», «The Two of Us», «Mood Rider», «Get On Home», «Simian Split» y «Can’t Stop the Rock» (que parece cambiar la serie I Love/Hate Rock and Roll) dispuestos a rescatar su sonido más rocker y alternativo aun cuando ello les haga sacrificar su sentido melódico.
Pero el hilo conductor en todo el tracklist lo marcan, sin duda, los inconfundibles registros vocales de los hermanos Reid (de Jim, sobre todo). Y es un atributo que llama especialmente la atención ya que parece que en 19 años no han envejecido ni un solo día. Otra característica peculiar en el álbum es que, así como en el pasado fue su costumbre apoyarse en musas que les dieron sus respectivos sellos femeninos en algunas de sus canciones como fueron los casos de Karen Parker («Just Like Honey»), Hope Sandoval en dos etapas distintas («Sometimes Always» y «Perfume») o Sister Vanilla, hermana menor de los Reid («Moe Tucker»), ahora han repetido esta práctica en al menos seis tracks con Sky Ferreria, Isobel Campbell, Linda Fox y Berndette Dennings, intensificando así el uso de este recurso como no lo habían hecho antes. Y los resultados son buenos.
En resumen, podríamos explicar Damage and Joy como un híbrido de Honey’s Dead y Stoned & Dethroned. O un primo bien portado de Munki. Y a The Jesus and Mary Chain como una banda que de alguna manera se siente rejuvenecida, quizás un poco lejos todavía de su más alto vértice creativo pero cerca ya de andar cuesta arriba con un nuevo comienzo que los pone en el radar otra vez, tanto de sus viejos como nuevos seguidores (aunque estos últimos no hayan recibido lo que originalmente buscaban).
Tracklist:
- Amptutation
- War On Peace
- All Things Pass
- Always Sad
- Sonf for a Secret
- The Two of Us
- Los Feliz (Greens and Blues)
- Mood Rider
- Presidici (Et Chapaquiditch)
- Get On Home
- Facing Up the Facts
- Simian Split
- Black and Blues
- Can’t Stop the Rock
Me suena a: Black Rebel Motorcycle Club, Crocodiles, The Underground Youth
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