Si hay algo que me sorprende en cada disco de Juliana Hatfield -no importa qué tan bueno o malo sea- es ese espíritu juvenil que siempre exhibe ya sea en su timbre de voz o en la manera de ejecutar sus instrumentos. Su aura brilla cada vez y si alguien no tan familiarizado con su catalogo escuchara sus álbumes en orden aleatorio le sería muy complicado adivinar cuál es más viejo que el otro. De alguna manera, su energía adolescente e irreverente sigue siendo la misma.
Ahora bien, ya sea una chica rock, grunge, pop, indie, folk o la combinación de todas las anteriores, la cantautora estadounidense se desenvuelve con mucho estilo, ya no digamos finura; no importa si graba desde el estudio más sofisticado o el garage más sucio. Y para su nueva entrega, Pussycat, apostó por la delicada fusión grunge-pop que la mantiene agresiva y ruda pero con pasos calculados. Además, conceptualmente el álbum es más como un escape de emociones y pensamientos desesperados ante la actual situación política y social que vive Estados Unidos; principalmente dedicados para Donald Trump. En ese sentido, esta es su personal crítica social que además de atinada, puede resultar un poco cruda y pesimista para algunos oídos (quizás de ahí tal vez la caratula del disco).
Temas como «I Wanna Be Your Dissease», «Good Enough for Me», «Sunny Somewhere» o «Kellyanne» se mantienen en esa delgada línea que separa una canción pop de una canción rock y líricamente aparentan ser inofensivas, y por esos atributos recuerdan más a sus días de Beautiful Creature (2000). Pero luego llega una ola más agresiva y no solamente hablo de su resonancia y construcción, sino también de sus letras, tales como «Impossible Song», «Short-Fingered Man», «Wonder Why» y «Everything is Forgiven» que evocan al Juliana’s Pony: Total System Failure (2000) o incluso al Become What You Are (1993) pero con un discurso político sin precedentes en su carrera.
Al final, son 14 tracks que dan forma a un álbum más en un catalogo que desapercibidamente se extiende más y más con los años. Juliana Hatfield sigue como una artista fiel a sus ideales sonoros; regularmente va a sus raíces y regresa al presente, innova un poco, reinventa mucho más, pero su leal base de fans sabrá siempre qué línea esperar de ella. Ahora, en una etapa más madura de su carrera, con Pussycat se cumple una asignatura pendiente en su carrera que era rockear con un discurso político que al mismo tiempo se escucha tan inteligente como irónico o gracioso. Parte de la dualidad de una rockera que con el paso de los años se rehúsa a envejecer.
Tracklist:
- I Wanna Be Your Disease
- Impossible Song
- You’re Breaking My Heart
- When You’re a Star
- Good Enough for Me
- Short-Fingered Man
- Touch You Again
- Sex Machine
- Wonder Why
- Sunny Somewhere
- Kellyanne
- Heartless
- Rhinoceros
- Everything is Forgiven
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