«Nunca quisimos ser rockstars», han sentenciado en más de una ocasión Jimi Goodwin y los hermanos Andy y Jez Williams, desde que fundaron a Doves a finales del pasado milenio y se fueron posicionando poco a poco, de manera discreta, como de una de las propuestas más alternativas del movimiento britpop (o lo que queda de él).

Oriundo de Mánchester, Inglaterra este trío surgió, les decíamos, después de lo que muchos consideran la primera decaída de la escena britpop, es decir, durante segunda mitad de los 90s. El rumbo para el género era incierto, o al menos ya no contaba con todos los reflectores apuntando hacia sus bandas, pues acercándose el nuevo milenio nuevas tendencias sonoras iban surgiendo en todo el mundo. Quizá por eso lo que Doves propuso en su primer álbum (año 2000) fue darle nuevos matices al género, inmersos en la oscuridad y con un mayor grado de complejidad estructural a sus canciones que, aunadas a un impecable trabajo de producción, lograron fundir un sonido muy original que muchos consideraron, tiempo después, que anunciaba una nueva faceta del Britpop hacia inicios de un nuevo siglo.

Lo que se vino después de Lost Souls fueron al menos dos álbumes sucesores que se mantuvieron a la altura, con letras inteligentes, refinada instrumentación y una experimentación sin desbordes ni extremos, pero, sobre todo, con un mood súper alternativo, revistiendo con soberbia y mucha clase al pop y el (indie) rock que inmediatamente tuvo un nuevo rostro con este exótico grupo. Pero a pesar de eso estos cuates siempre se mantuvieron al margen de los excesos comerciales, como una banda más «independiente» y libre, en lo más en lo subterráneo del género que ellos mismos iban mutando.

 

1. Rise

Lost Souls LP, 2000

Cuando iniciaba una nueva década musical, un nuevo siglo, un nuevo milenio, muchos decían que el Britpop se había muerto, o muchos al menos lo creían medio derrotado después de su ascenso y descenso en los 90s. Pero entre las nuevas tendencias sonoras, Lost Souls apareció reinventándolo en muchos sentidos, oscureciéndolo también, pero al mismo tiempo rejuveneciéndolo y dándole un matiz mucho más parco, maduro y sobrio a su resonancia. Al mismo tiempo la banda se mantenía con un perfil bajo en la escena, dándole a este acto un poco más de misterio del que ya de por sí solo proyectaba el LP.

En S&V hoy consideramos a este discazo uno de culto para esta label musical. Y «Rise» es tan solo una muestra del tremendo trabajo en mezcla y producción que se logró en el estudio.

 

2. Pounding

The Last Broadcast LP, 2002

Dos años después llegó el sucesor The Last Broadcast, una verdadera prueba de fuego para Doves, y superada sin problema. Obvio como álbum, es decir como un todo, no iguala a su antecesor, pero fue un gran acierto que no lo hayan intentado. En cambio solo siguieron la inercia creativa que traían y engendraron una obra igual de parca -aunque un poco más optimista y con más adrenalina (y aun así también tenía sus momentos introspectivos). Una de las rolas más sólidas y con más buena vibra de la producción es «Pounding», cuya instrumentación es sencilla pero súper bien ejecutada, con un timbre sonoro que aquí se confirmó como propio de los hermanos Williams y Jimi Goodwin.

Ganchos melódicos que atrapan, crescendos sutiles y estribillos poderosos… Simplemente no había forma de fallar con esta canción.

 

3. Walk in Fire

Some Cities LP, 2005

Luego publicaron Some Cities, tres años después. Aquí recuperaron también esas atmósferas de sus inicios, aunque la cadencia no tuvo el mismo efecto que los dos discos pasados. Aun así, en ese álbum, que no funciona tan bien como un todo, existen piezas realmente buenas y por demás interesantes, con instrumentación inteligente y un excelente trabajo de producción, para no variar. Con ellas los británicos seguían dando señales de sus capacidades y alcances cuando entraban en su punto máximo de inspiración, aun cuando no pasaban generalmente por una buena racha. «Walk In Fire» es una buen ejemplo, nostálgicamente optimista de una manera muy especial, con unos valerosos redobles de batería y una hermosa letra.

 

4. Kingdom of Rust

Kingdom of Rust LP, 2009

Kingdom of Rust fue el último LP que Doves lanzó antes de entrar en un hiato de poco más de 10 años, entonces este debe entenderse de alguna manera como el «último» disco de una etapa importante en su carrera. Al escucharlo en su totalidad puede comprenderse por qué la banda decidió separarse por tanto tiempo (aunque sus miembros se mantuvieron activos en distintos proyectos alternos), pues de sus primeros cuatro álbumes este es el menos afortunado. Pero les decíamos, aun en los momentos bajos los ingleses se las ingeniaban para crear buenos temas aislados, y la rola que le da nombre al LP fue una composición que recordaba a su sonido en The Last Broadcast: un single con rica instrumentación, buenos ganchos melódicos y letras inteligentes… otra vez.

 

5. Carousels

Single, 2020

Entonces, después de más de un lustro de ausencia ha llegado el segundo respiro de una agrupación que ciertamente fue de más a menos en su primera etapa, pero en su regreso con un single dentro de sus estándares de calidad se le ha escuchado decidida a retomar las cosas donde las dejaron para comenzar a invertir la inercia de ser posible: ahora yendo de menos (Kingdom of Rust) a más (lo que venga de aquí en adelante). «Carousels» ciertamente no es un bombazo ni mucho menos, pero no está nada mal para una banda que pudiera estar oxidada después de tanto tiempo sin estar dentro del estudio. Se les escucha cómodos, en buena forma y con el potencial que siempre han sabido explotar.

 

6. The Man Who Told Everything

Lost Souls LP, 2000

Incluida en su obra maestra Lost Souls y lanzada como tercer sencillo oficial, apareció también en el soundtrack oficial de la serie de televisión One Three Hill (donde se hizo medio famosa, claro). Y es, seguramente, una de las canciones más melancólicas y emocionales que han compuesto Andy, Jez y Jimi. Técnicamente es la balada clásica del britpop pero sentimentalmente tiene un halo singular e incomparable dentro de este rubro musical. Su letra provoca revueltas en el estómago y reflexiones de aflicción en busca de encontrarle un extraño sentido a la vida. El clima, les decíamos -y gracias a la finísima instrumentación-, es algo realmente especial.

 

7. Satellites

The Last Broadcast LP, 2003

Algo que los distinguió en sus primeros álbumes fue su sutil experimentación con esas dosis de pop alternativo y la electrónica que no se interponían en lo absoluto con su estilo británico de indie rock. Por eso, cuando mezclaban los instrumentos orgánicos con sus juguetes sintéticos sucedían cosas interesantes. «Satellites» representa eso, y tiene uno de los mejores manejos de percusiones de su catalogo.

 

8. Sea Song

Lost Souls LP, 2000

Épica, una construcción monumental. Imagínense que esta era la cosmovisión dentro del britpop que expuso esta banda en sus inicios, cuando nadie la conocía y apenas se presentaron al mundo. La prensa debió pensar que estaban fuera de los límites del género, y algo había de eso. Escuchándola su instrumentación pensarías que es una invitación a sobrevolar las nubes en un oscuro cielo. Luego, al mirar su título cambias la ruta y desciendes al nivel del mar, por encima de las olas, respirando la brisa y guiándote solo por la luz de la luna. Pero al escuchar su letra entiendes que la invitación va por un largo y solitario recorrido por la carretera al lado de la costa. Entonces, hay un poco de las tres interpretaciones si así se quiere.

Es su firma más melodramática y teatral, y sin duda su mejor registro sonoro. Una canción de culto.

 

9. There Goes the Fear

The Last Broadcast LP, 2002

Esta es la canción por la que serán (o deberían ser) recordados por siempre. Es una construcción colosal, instrumentalmente es rica y súper dinámica. «There Goes the Fear» tiene vida propia. Es un himno al optimismo y la esperanza; un necesario respiro ante la vida que a veces va demasiado aprisa y nos rebasa sin avisar. Es un punto de inflexión para las vitales reflexiones. Está llena de luz y de aliento, y cuenta con una poderosa letra que sacude la conciencia y nos llena de ilusiones.

Hay muchos fans -y no tan fans- allá afuera que han firmado testimonios realmente inspiradores sobre cómo este tema cambió de una u otra forma sus vidas (basta con tan solo clavarse en los comentarios de redes sociales donde se reproduce la canción, o en foros, para darse cuenta). Y es que la energía del track es especial, libera cierta adrenalina nostálgica para darnos el valor de no mirar atrás ante las encrucijadas de nuestras sendas. La intensidad se maneja de manera perfecta, tan es así que los crescendos van y vienen de forma natural justo antes del final, donde todo termina como una fiesta, como un carnaval… Una celebración a la vida misma.