La carrera de Billy Corgan siempre ha sido una montaña rusa. Muchos momentos dulces donde alcanza la cúspide, y otros muy amargos donde está prácticamente por los suelos. No es que me atreva a asegurar que atraviesa por una situación amargosa en este momento, pero quizá exista la duda porque él mismo se las ha ingeniado para salir airoso de sus recientes problemas.
Menciono esto tomando en cuenta que Corgan se ha quedado completamente solo, y por las últimas y desafortunadas declaraciones que hizo públicas contra diferentes músicos, tanto excompañeros suyos como otros que ni la deben ni la temen, como integrantes de Radiohead por ejemplo. Y es que es difícil imaginarse a un tipo de 45 años, supuestamente maduro, arremetiendo contra el que se le cruce en el camino, mientras que, al mismo tiempo, ¡está publicando un nuevo disco de estudio!
Habría que preguntarle a este genio cuáles son sus prioridades, ya que preguntarle si tiene por ahí sentimientos encontrados sin resolver con James Iha (sobre todos), es perder el tiempo pues la respuesta es más que obvia.
Pero bueno, concentrándonos directamente a lo musical. Ha llegado un nuevo álbum de The Samshing Pumpkins (¿o ya debemos decir de Billy Corgan nada más?), el séptimo en toda su discografía. Y voy a reconocer que esperaba muy poco de esta nueva entrega. Pensaba que sería un total fiasco y ese pudo haber sido un punto a favor para que al tocarlo por primera vez, me haya sorprendido, no bastante, pero sí de de forma amena.
Oceania ya no es 100% rock, pero sí vuelve a ser potente y cargado de energía, que es lo mínimo que se esperaba. No creo correcto a estas alturas y por respeto a los maestros del rock de los años 90’s, seguir etiquetando su música como grunge. Pero si ustedes no tienen problema en hacerlo y se sienten cómodos con el término, entonces podrían llamarlo como el “neo-grunge” del siglo XXI.
El disco es variado. Su inicio es como ambiental y luego aparece el rock furioso, característico de las calabazas. Después vienen las viejas memorias del Siamese Dream con la introducción del tema “Inkless” y hasta nuevas glorias como “My Love Is Winter” (que es material para single) y la misma “Oceania”. Y agrego “Panopticon” que en medio de su rudeza, cuenta con melodías hermosas.
Pero si buscaban sorpresas también las encontrarán. No sé si sean tan amenas como las esperaban (a lo mejor sí), pero no cabe duda que Billy siempre ha tratado de reinventarse y este disco no es la excepción. Por tanto, aparecen canciones como “One Diamond, One Heart” y “Pale Horse” que quieren engañarnos, jalarnos hacia el terreno pop electrónico mezclado con el rock eléctrico. “Violet Rays” también tiene ese sentimiento de querer mezclarse en segmentos ambientales y ecléticos.
Y como siempre suele pasar en cualquier disco que escuchamos, es imposible no escoger nuestro track preferido. Y ese para mí es “Wildflower”. ¿Por qué? Porque es digerible y resulta familiar, acogedor; porque te lleva de la mano suavemente durante todo el camino y es altamente emocional. Pero sobre todo, porque te dice “I’m wasted along the way to reach you” con un gran sentimiento.
Esos son los temas que me resultaron más interesantes. Los mejores, vaya. Quizá podamos encontrar destellos geniales en las demás piezas, sin embargo se quedan sólo en eso: en destellos. Para ser un disco de 13 tracks (no muy común en estos días por cierto), el que más de la mitad sean desde aceptables hasta geniales, es una ganancia. Sin embargo, no estoy segura de promover el álbum como uno de los mejores en el catálogo de la banda. No está ni cerca de serlo. Supongo que eso pasará con quien también sienta que ésta ya no es más aquella excelente agrupación que nos entregó tantas perlas en el pasado, sino que ahora es Billy Corgan con una banda de respaldo, y nada más.
Si no eres un fanático acérrimo de The Smashing Pumpkins o de Billy Corgan sobre todo, podrás pensar en Oceania como un buen álbum a secas. Pero si lo eres, uno de esos fans de toda la vida, leal y apasionado, no sólo creerás que el disco es bueno en lo general, sino que en lo particular encontrarás por ahí escondidas nuevas perlas de canciones que bien podrían convertirse en tus preferidas.
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Tracklist:
1. Quasar
2. Panopticon
3. The Celestials
4. Violet Rays
5. My Love Is Winter
6. One Diamond, One Heart
7. Pinwheels
8. Oceania
9. Pale Horse
10. The Chimera
11. Glissandra
12. Inkless
13. Wildflower
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Me suena a: Placebo, Chevelle, Ours
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[youtube http://www.youtube.com/watch?v=098x8xUBj6I]
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