Ojalá que compartan la misma emoción que nosotros al escuchar por primera vez a este misterioso y fresco proyecto musical, proveniente de Chicago, Illinois: Bitter Flowers. Les prometemos que será uno de los descubrimientos más enigmáticos que recordaremos de este año en el post-punk.
El dúo conformado por Anthony A Dunn (compositor, vocalista, sintetizadores, caja de ritmos) y Jacob W Essak (guitarras, caja de ritmos, producción) está debutando en la escena con su primer disco de larga duración, I Don’t Sleep, compuesto por ocho majestuosos tracks. Sí, dijimos majestuosos, los mismos que te acompañarán en tus más oscuras pesadillas hasta pasar de la noche a un frío amanecer. Su mística es casi supernatural y la textura de cada nota es la más suave y delicada dentro de una resonancia sombría en el goth. Sí, también es una banda darkwave.
La propuesta entre sus desconsoladas baladas esotéricas y la digitalización de sus ritmos tímidos para danzar lentamente en la oscuridad es, básicamente, emerger a partir de la aflicción y la opacidad. Una catarsis de restauración de los sentidos a su estado natural, y los ecos que se susurran entre las tinieblas te guían hacia un lugar seguro. No habrá nada que temer, al final de la noche y como el título de la producción sugiere, la banda no dormirá nunca, mientras trate con sus suaves conjuros invitarte a su surrealista mundo.
Este es, en otras palabras, el disco que necesitas para perderse a salvo en la necrópolis. Es uno de los mejores debuts del año.
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