Como muchos de sus fans seguramente lo saben, los orígenes de Depeche Mode se remontan a finales de los 70s cuando unos adolescentes Vince Clark y Andrew Fletcher se juntaron en la escuela para formar el dúo No Romance in China, y de forma paralela Martin Gore (también en su adolescencia) formó su primera banda Norman and the Worms con un amigo llamado Philip Burdett. Luego, Clarke y Gore fundaron otras bandas, The Plan y French Look, respectivamente. Todos estos proyectos como fugaces aventuras que funcionaban más bien como especies de «entrenamiento», emulaban al oscuro synth pop y un poco de post-punk que abanderaban bandas de la época, tales como Ultravox o The Human League, por mencionar algunas.

Pero no fue sino hasta 1980 que estos tres músicos (Vince Clark, Andrew Fletcher y Martin Gore) por fin coincidieron en un mismo proyecto, llamado Composition of Sound. Y fue así que, metidos en un sótano patentando sus primeros experimentos musicales en conjunto, y tocando sus primeros shows en pequeños clubes de su ciudad natal, Basildon, Essex (Inglaterra) estaban sin saberlo dando origen a lo que unos años más tarde se convertiría en uno de los mayores fenómenos de la música electrónica y el pop en la historia. Al poco tiempo, a esta fórmula humana se le añadió su final componente, David Gahan, a quien invitaron a unirse a la fiesta después de que Clarke lo escuchara en un salón de eventos interpretar «Heroes» de David Bowie. Y los primeros sonidos que capturaron a base de un minimalista y sombrío synth pop llegaron.

Es por demás curioso e interesante escuchar este último paso hacia el camino a la creación de Depeche Mode. Sobre todo si piensas en cuatro geniesillos de la música probando suerte al tocar puertas en cualquier bar o en sellos discográficos pequeños e independientes, con tal de darse a conocer en un ámbito local, trabajando algunos de ellos en la construcción y carpintería para poder comprar sus instrumentos musicales (si no es que los pedían prestados a algunos amigos), entre los que el sintetizador se iba convirtiendo en su favorito. Sin duda alguna, el esfuerzo y la perseverancia, a pesar de que sus primeros frutos no fueran del todo virtuosos, valieron la pena a final de cuentas:

 

 

Las canciones de Depeche Mode: compara sus demos contra la versiones finales