Es difícil precisar con exactitud un punto de partida en la discografía de uno de los secretos mejor guardados de Seattle, el cantante y compositor Damien Jurado. Este prolífico músico lleva activo en la escena musical desde los 90’s, razón por la cual sus influencias van mas allá del que hasta hace poco era su sello característico: canciones folk que lidian con la angustia y desolación, a veces con sentido lastimero de autocritica y en otras en aras de exorcizar los fantasmas del subconsciente humano.
Si bien es en este estilo musical (folk) por el que es más conocido, también ha incursionado recurrentemente en el sonido lo-fi y desde hace algunos años a la fecha ha echado mano del rock psicodélico, optando así por un espectro sonoro con mayores matices. Esto se debe en buena medida a la mancuerna establecida con el también músico y productor Richard Swift que desde el décimo LP de Damien, Saint Bartlett ha sido su cómplice en esta transición. Esto se hace evidente si tomamos la austeridad y simpleza de canciones como “Ghost of David” de su tercer álbum y la comparamos con los intrincados arreglos de “Nothing is in the News” incluida en su onceavo LP Maraqopa.
Pero si un audaz cambio en la dirección musical de un artista no es suficiente para captar nuestra atención, tal vez lo siguiente ayude un poco. Resulta que el disco que ahora nos ocupa es el 13vo en la trayectoria de Jurado. Cabalístico o no, Visions of Us on the Land es hasta el momento la ultima parte de una trilogía temática en donde Damien ha sacado a relucir su gusto por la ciencia ficción, creando una historia con lugares y personajes provenientes de un sueño que tuvo y que lo llevaron a componer Maraqopa, el inicio del viaje. En la parte final de ese disco el protagonista, quizá un alter ego de si mismo, queda inconsciente tras un accidente, lo que da pie a una secuela en el álbum titulado Brothers and Sisters of the Eternal Son. En esta ocasión llegando a descubrir una comuna en la cual habitan individuos plateados, en posible alusión a temas religiosos.
Y es justo aquí, en su más reciente obra, donde los puntos convergen, en algo así como su propia visión del filme Inception: un sueño dentro de otro sueño. Pero por más raro que suene, la música es un elemento que destaca dentro de la imagineria bizarra de Damien, e incluso le confiere un aire de veracidad a sus historias. Por ejemplo, es imposible no perderse en los pasajes etéreos de “A.M. AM” muy al estilo Cocteau Twins, o la forma romántica de plantear la inmortalidad acompañado tan solo de su guitarra en “Kola”; y qué decir del viaje lisérgico al que nos somete en “Onalaska” con su vibra retro y el colorido falsetto del que hace gala.
Esta trilogía discográfica expone a un Damien Jurado en la búsqueda por conocer sus propios límites, por reinventarse y no perderse en el camino, hazaña en la que ha salido bien librado hasta el momento, lo que nos habla de un sujeto que se deja guiar por sus instintos y que trata de alejarse de las tendencias de moda, ya que como dice en su canción “Exit 353” –Estuve solo entonces, estoy solo ahora– aunque si decidimos acompañarle y echar una oída a uno de estos sueños musicalizados seguramente nos llevaremos más de alguna grata sorpresa.
Tracklist:
- November 20
- Mellow Blue Polka Dot
- QACHINA
- Lon Bella
- Sam and Davy
- Prisms
- ONALASKA
- TAQOMA
- On the Land Blues
- Walrus
- Exit 353
- Cinco de Tomorrow
- And Loraine
- A.M. A.M.
- Queen Anne
- Orphans in the Key of E
- Kola
Me suena a: Beck, My Morning Jacket, Father John Misty
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