Tenía ya un par de meses medio ansioso por escuchar lo nuevo de Flowers, una de las banditas más cool que me he encontrado recientemente en los dominios del indie pop; pero hablo de ese indie del bueno, del británico de inicio de los 90s, del que casi nadie se acuerda o casi nadie quiere repetir en estos días. Un pop bañado en electricidad y reverb, de guitarra crujiente con voz femenina brutalmente sensual. Ah, casi lo olvidaba: y también con una resonancia medio lo-fi.
Seguro con esas referencias recordaron a bandas como The Pastels, The Field Mice o Rocketship, ¿a poco no? Incluso podría decir que voltearon a ver sus viejos discos de Mojave 3 y no los culpo; en la voz de Rachel Kenedy se puede detectar un eco en punto medio entre Katrina Mitchell y Rachel Goswell, acompañándose de esa certera línea de bajo y esas seis cuerdas que parecen haberse perdido entre el shoegaze y el punk, pero que se suavizan con la miel de estas bonitas melodías. Everybody’s Dying To Meet You es entonces un tributo a los héroes del pasado más cercano de la música alternativa e independiente del Reino Unido; un álbum con cierto aire nostálgico que le pondrá sountrack a tus mañanas recorriendo las carreteras, tus tardes nubladas en la ciudad y tus noches de cerveza barata en un pub.
Todas las canciones del disco fueron compuestas durante el 2015, algunas de ellas incuso de improviso mientras la banda se encontraba de gira con Luna de Dean Wareham (Galaxie 500), pues tal como se lo contaron a The Line of Best Fit, el hacerla de teloneros con semejante banda fue algo realmente inspirador. De hecho, de esas sesiones detrás de camerino surgió el primer single que ni siquiera estaba planeado que existiera cuando pensaron en el disco. Me refiero a «Pull My Arm». Antes de eso ya habían escrito casi todos los temas del tracklist, como «Bitter Pill» que suena dulce e inocente gracias a ese golpeteo de pandereta que se pierde entre los beats de la batería; «All At Once» que se limita a los instrumentos básicos del rock para darse vida (sólo batería, guitarra, bajo y cuerda vocal… y ya); «Instrusive Thoughts» que aunque tiene poco más de cuatro minutos de duración (duración promedio), en el mundo de Flowers es una canción larga (tomando en cuenta que la mayoría no rebasan los tres minutos) pero eso no le impide atraparte con su casi cinemática propuesta; «Tammy» y «Bathroom Sink» que tienen los registros más rasposos del shoegaze pop de Black Tambourine, por ejemplo, con los decibeles un poquito más arriba de lo normal y con frecuencias dinámicas que podrían sonar muy divertidas en directo.
Así entonce Flowers ha creado un decente álbum para los que aman el ayer del indie, su origen. Un disco de pop sólido y medio pesado, pero suavizado en matices melódicos brillantes y ligeros a pesar de sus controladas distorsiones eléctricas, que suena limpio a pesar de su sonido medio orgánico, que expone tópicos que evocan al amor adolescente y las trivialidades de las relaciones y la vida misma en canciones que te acompañarán en tu día de campo entre flores amarillas o bien en las tardes de nubes grises con destellos del sol iluminando las siluetas de las personas que ves pasar desde tu ventana.
Tracklist:
- Pull My Arm
- Bitter Pill
- Ego Loss
- All At Once
- Intrusive Thoughts
- How Do You Do
- Tammy
- Russian Doll
- My Only Friend
- Bathroom Sink
Me suena a: The Pastels, The Vaselines, Black Tambourine
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