Matador, 2015


Si tuviera que definir este material en una sola palabra, esa sería languidez.

 

Pero no quiero ser mal interpretado, cuando hablo de languidez no me refiero a un estado de pena insufrible ni a la descripción de un espíritu decaído, falto de  energía o en estado de absoluto abatimiento. La clase de languidez de la que hablo es esa de espíritu melancólico que se siente en nuestras más sensibles fibras, por dentro, en las entrañas. Ese tipo de sentimiento que te desmenuza y obliga a verte sin adornos, dejándote plenamente desnudo frente a ti mismo.

 

«Pretty Pimping», el track opener del disco habla exactamente de eso. Basta escuchar la primer línea de la canción “I woke up this morning, didn’t recognize the man in the mirror” para darnos una idea del tipo de aura que va a tener el resto del álbum; un feeling que no es nada nuevo en los trabajos de Kurt, pero que afortunadamente sigue dando resultados brillantes.

 

Lo interesante de experimentar esa sensación de ser desarmado, es que puedes encontrarte con el esqueleto de tus sentimientos al grado en que incluso puedes transmitirlos de una manera mucho más destilada y claro, firmemente honesta.

 

La entrega de piezas instrumentalmente más sencillas que las expuestas en su predecesor Walking on a pretty daze y auditivamente más conectadas con las incluidas en Smoke Ring for My Halo, nos prueban que en este álbum Vile regresó a una forma de exposición más simple, dejando de lado casi todo el tiempo el sonido de guitarra eléctrica para dar paso a instrumentos como el piano, la electro-acústica e inclusive el banjo, confiriendo una sensación más folk o country, y mucho más íntima.

 

Uno de los momentos más reflexivos, e indudablemente un highlight del álbum es la excelente «Wheelhouse», que delicadamente narra un episodio de introspección en un ambiente desértico y hasta abismal.

 

Hay otros episodios más luminosos como la delicada «Kidding Around» y también más apegados a un sonido fuerte, encaminados más al rock que al resto de la vibra del disco, como «I’m an Outlaw» o «Life Like This» (video) en las que la guitarra eléctrica aun es ingrediente primario para darles vigor. Aun así, esta placa es en su mayoría un trabajo que en palabras del mismo Kurt Vile tiene un sonido nocturno.

 

Haciendo uso de un peculiar sentido del humor que se retrata en las destacadas letras que hay en B’lieve i’m goin down, Kurt Vile juega con esa languidez volviéndola un instrumento más en su lista de utensilios para enfrentar con ligereza e ironía la realidad de la persona que no se reconoce en el espejo. “I woke up this morning, didn’t recognize the man in the mirror… Then I laughed and I said… Oh silly me, that’s just me”.

 

 

Tracklist:

  1. Pretty Pimpim
  2. I’m an Outlaw
  3. Dust Bunnies
  4. That’s Life, tho (almost hate to say)
  5. Wheelhouse
  6. Life Like This
  7. All in a Daze Work
  8. Lost My Head there
  9. Stand Inside
  10. Bad Omens
  11. Kidding Around
  12. Wild Imagination

 

 

Me suena a: Cass McCombs, Conor Oberst, Bill Calahan