Hacer garage-rock ya no sorprende a nadie y apostar por el rock psicodélico ya no es tan original ni «retro» como muchos creían que era al inicio del milenio. Entonces, ¿qué sigue? Fortalecer y fusionar ese rock de garage psicodélico con ruido espacial y trompetas densas que acompañen los efectos fuzz de guitarra. Es lo que hizo Opatov y vaya que le funcionó.
La banda española ya tiene un rato dando de qué hablar, sobre todo en la escena subterránea de su país (y alrededores) generando muy buenas críticas que los llevaron a lanzar su primer EP Cuático (2014) y presentarse en los escenarios de festivales importantes como el Primavera Sound y el FIB. Fue hasta este 2015 que lanzaron su primer larga duración, Bacán; una colección de nueve tracks de baja fidelidad que poco a poco muestran progresiones instrumentales en cada uno de ellos, estridentes guitarrazos dignos del space rock de Spacemen 3 y unas voces que parecen sufrir con tal de ser escuchadas con sus vigorosos cantos detrás del caos, pero que resultan digeribles de alguna manera.
Alucine agresivo el que propone Opatov, un sometimiento rocker con hechizos en la oscuridad. Bacán es un disco redondo, completo, dinámico y de culto a la psicodelia.
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