Billy Corgan es otro Dave Grohl o Damon Albarn; nunca está quieto, siempre mirando al frente, reinventándose y muriendo por crear nueva música y adentrarse en diversos proyectos sea como sea. Lo último en lo que ha estado trabajando, además de su propuesta musical- y experimental- Aegea, es su autobiografía que según reportó ABC News se compondrá por más de 500,000 palabras. Además, amenazó con un nuevo álbum de The Smashing Pumpkins.
Motivos suficientes para que también se encuentre ocupado repartiendo entrevistas por todas partes y sobre cualquier tema que involucre sus nuevas metas. Una de las más recientes que brindó fue con Stereogum el día de ayer y, entre muchos temas interesantes entre su presente y futuro, también tuvo tiempo de hablar del pasado (de alguna forma), al recordar a las grandes bandas de su generación, cómo fue su época y el movimiento que representaron pero también arremetió contra sus contemporáneos por la forma en que actúan o «se venden» en la actualidad, argumentando que sólo viven de sus viejos éxitos:
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He sido muy insistente en no querer tener un grupo de viejos éxitos; no querer ser un artista que sube ahí y toca sus viejos álbumes para generar, llamémosle, «un nivel de atención». Sigo creyendo que soy más que capaz de componer grandes canciones. Sigo creyendo que soy más que capaz de generar grandes momentos. Miro a mi alrededor, especialmente a mis contemporáneos, y no me da miedo mirarme en el espejo, digámoslo así. Ahora mismo no veo dónde está la gran competencia. Bien, podrías decir que hay mucha competencia de los jóvenes, y debería haberla, deberían querer matar a personas como yo porque represento eso que quisieran quitar de en medio. Pero no estoy ni temblando de lo que viene de mis contemporáneos. De hecho, y hablando en general, estoy más avergonzado que orgulloso de lo que mi generación ha hecho con esta época de cultura material de salir y abro comillas: «darle al público lo que quiere».
Eso es completamente contrario a la lógica del cómo se vendió esa generación. Uso la palabra «vender» a propósito. Esa generación fue vendida como contracultura, y que ahora esa generación diga: «Bueeeeeno, tenemos que pagarnos la hipoteca»; es como, bueno… ¿sabes? Cada semana de mi vida tengo una de esas llamadas: «Si salieras de gira con el ‘Siamese Dream’ harías muchísimo dinero». Respondo como decimos en Chicago, «No jodas, Sherlock».
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Puedes mirar el resto de la entrevista (en inglés) AQUÍ
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