Aceptémoslo: nadie (o súper poquita gente) escucha el shoegaze por las letras. El contenido lírico es algo que sale sobrando en este género, pues son otros valores relativos al ruido y el caos etéreo los que trascienden y le dan vida al acto. Desde luego que, aunque pocas veces son perfectamente audibles, hay casos de buenas letras en excelentes piezas pero no dejan de ser atractivo de segundo aparador o de complemento. Caso contrario cuando nos referimos específicamente a las voces (que no es lo mismo) pues, aquí, éstas se entienden como un instrumento más que se fusiona de manera sublime con los ecos y la distorsión.
Dicho lo anterior, no debe haber pretexto alguno para no engancharse con Desktop Error, banda tailandesa cuyas letras son cantadas en su lengua natal. Centrémonos entonces en el sonido de su propuesta, una que han venido presumiendo en su continente desde hace poco más de ocho años, pues en 2006 Lek, Adisak, Wuttipong, Chanarong y Phatharhaphon se reunían después de clases en la universidad a tocar sus covers preferidos mientras componían las canciones que posteriormente integraron su primer LP Ticket to Home (2009).
Como suele pasar con este tipo de bandas asiáticas, las mezclas que experimentan en sus respectivos géneros resultan en interesantes y frescas fusiones que bordan sus texturas. Esta coyuntura en Desktop Error se agudiza en su nuevo álbum de estudio, Keep Looking at the Window, recientemente lanzado en este 2014 y cuyo sencillo oficial «น้ำค้าง» (Nam Khang) vino a darle una bofetada con guante blanco a todo aquél detractor del nuevo shoegaze, a esos que se aferran al pasado y creen que nada de lo que se hace en la actualidad estará a la altura de los viejos clásicos. Bueno, pues aquí tienen una elevada pieza sonora, sucia, etérea, adictiva y romántica con alta dosis de nostalgia y desasosiego en dejar el pasado atrás y mirar el presente con incertidumbre; tiene un sentimiento similar al de cuando te desprendes de una parte importante dentro de ti que te ha acompañado por mucho tiempo. Hermosísima:
¿Escuchan esos navajazos de cuerda acústica detrás de la electricidad emergida del delay y el reverb? Es un truco similar al usado por Highspire o Cruyff in the Bedroom que junto a las andróginas voces enmarañadas entre sí, le dan a su música un sentir más orgánico y humano. Y son precisamente las guitarras acústicas las que le cambian de color a este disco conforme va avanzando, llegando a veces a baladas azules de fáciles y tiernas melodías, como «พัก» (Rest) (que además muestra la portada del disco):
Otras veces se logra una breve saturación de instrumentos para crear un ambiente denso, de color gris pesado en temas de alta manufactura y esencialmente rockers que incluso presentan requintos convencionales que luego dan paso a blancos interludios ambientales, como pasa en «ต่างด้าว» (Alien):
Y esta bipolaridad en sentimientos y sonido será una constante en Keep Looking at the Window (disponible en iTunes). Habrá quienes argumenten que eso le resta puntos porque lo vuelve heterogéneo y hace más difícil detectar un hilo conductor que te lleve de la mano, otros podrán decir que está lleno de sorpresas y será todo menos aburrido. Lo que sí será difícil negar es que estamos frente a una banda multifacética, casi camaleónica, capaz de darle un color diferente a cada track y lograr que tenga su propia personalidad; aun cuando te lo canten en tai, entenderás su melancolía y percibirás su frescura.
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